El tribunal penal de Minia (sur de Egipto) ha condenado a muerte a 183 supuestos seguidores de los Hermanos Musulmanes, entre ellos el líder del grupo, Mohamed Badia, por disturbios y actos de violencia ocurridos en esa provincia en agosto del 2013. Otros 496 islamistas, sobre un total de 683 que estaban acusados, han quedado absueltos, mientras que otras cuatro personas han sido condenadas a cadena perpetua.

Los juzgados estaban acusados de homicidio, intento de asesinato, robo, uso de la fuerza, ataque contra instalaciones públicas en multitud, provocar incendios y posesión de armas de fuego sin licencia.

El tribunal, presidido por el polémico juez Said Yusef Sabri, ha emitido su veredicto definitivo tras recibir el dictamen no vinculante del muftí de Egipto, Shauki Alam, a quien envió un fallo preliminar con 683 condenados a muerte en abril para que éste emitiera su opinión, como es preceptivo en la ley egipcia.

Estupor entre los familiares

Los allegados de los procesados, que esperaban a las puertas del tribunal, reaccionaron con estupor a las sentencias, confundidos por las diferentes versiones que ofrecían los abogados de los inculpados a la salida de la sesión.

Los hechos por los que Badia y los otros 182 islamistas han sido condenados se remontan a agosto pasado, cuando una ola de violencia sacudió la aldea de Al Adua, en la provincia de Minia, tras el desmantelamiento de las acampadas en las plazas de Rabea al Adawiya y Al Nahda, en El Cairo, donde los islamistas protestaban por la destitución militar del presidente del país Mohamed Mursi.