La mafia "es adoración del mal y desprecio del bien común", por lo que los mafiosos "no están en comunión con Dios y están excomulgados". Desde Calabria, donde ha estado este sábado, el papa Francisco ha lanzado un anatema nunca oído en boca de un Papa en aquellas tierras dominadas por la 'Ndrangheta. Por primera vez también un Papa ha pronunciado la palabra 'Ndrangheta, nombre con el que se conoce el crimen organizado del sudeste italiano y que la justicia considera el mayor traficante de cocaína del mundo.

En el sermón celebrado en la plaza de Castrovillari, Jorge Bergoglio ha añadido que el mal de la mafia "debe ser combatido" y que "hay que decirles 'no' a los mafiosos", ilustrando que hay que hacerlo "educando a las conciencias, para que el bien prevalezca". "Sé que la iglesia está muy comprometida en la educación de las conciencias", ha dicho a los más de 200 sacerdotes de la diócesis más pequeña de Calabria, invitándoles a "dejarse la piel para que prevalezca el bien". El Pontífice ha añadido que "nos lo piden nuestros chicos y jóvenes, necesitados de esperanza". Dirigiéndose directamente a los jóvenes les ha dicho que no se dejen "robar la esperanza". "Lo he dicho y repetido muchas otras veces: no dejéis que os la roben [la esperanza]", ha concluido.

Visita a familiares de un niño asesinado por la mafia

El itinerario del breve viaje había sido decidido por el mismo Papa para pasar por aldeas y pueblos, evitando las ciudades, pararse en el lugar donde el pasado marzo la mafia mató a un cura y recibir a los familiares de Nicolás Cocò, un niño de tres años que también fue asesinado y quemado por la 'Nadrangheta' junto con su padre. "Nunca más violencia sobre los niños", ha gritado Bergoglio, invitando a "oponerse al mal, a las injusticias y a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la belleza".

El Papa ha llegado a Calabria por la mañana, después de haber pedido que no le esperase en el aeropeurto ninguna autoridad y habiendo pedido a los obispos de la región que no se organizasen parafernalias para recibirle. Lo primero que ha hecho al llegar en helicóptero desde Roma ha sido visitar la cárcel local. "Mi primer gesto es para encontrarme con vosotros", ha asegurado a los prisioneros, a los que nunca ha llamado "detenidos", sino "amigos". "Quiero expresar la cercanía del Papa y de la Iglesia a cada hombre y a cada mujer que se encuentra en prisión", les ha dicho, antes de saludar personalmente uno a uno a todos los reclusos.