Al menos 43 personas han muerto en Saná, la capital de Yemen, a causa de un atentado suicida. Los hechos se han producido cuando un terrorista ha accionado los explosivos que llevaba adosados al cuerpo justo en la plaza Tahrir, en medio de una manifestación de huzís, una comunidad chií tradicionalmente rebelde contra el Gobierno yemení.

Los manifestantes estaban protestando contra la intervención extranjera en los asuntos internos yemeníes. Por el momento, ningún grupo ha reivindicado el atentado, pero Al Qaeda protagoniza desde hace semanas una campaña contra los chiíes y ataques contra el Ejército, al que acusa de simpatizar con los hutíes.

La explosión no ha impedido que miles de seguidores del movimiento chií "Ansar Alá" continúen sus protestas en la plaza Tahrir, adonde siguen llegando manifestantes. El líder de este grupo, Abdelmalek al Huti, acusó anoche a Estados Unidos de influir en el nombramiento el martes como primer ministro yemení de Ahmed ben Mubarak, y convocó manifestaciones para hoy con el fin de rechazar su designación.

DIMISIÓN FORZADA

Horas después, Ben Mubarak renunció al cargo "para proteger la unidad nacional y evitar las divisiones". Su dimisión fue aceptada por el presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.