Las autoridades de Argentina han localizado este lunes el cadáver del fiscal Alberto Nisman, que hace unos días acusó a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, de encubrir a los iranís que estarían detrás del atentado perpetrado el 18 de julio de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires y que causó 85 muertos.

Según las informaciones facilitadas por el diario argentino 'Clarín', Nisman tenía un disparo en la cabeza, si bien por el momento no hay un pronunciamiento oficial sobre lo ocurrido. Estaba previsto que el fiscal compareciera este lunes ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados por su denuncia contra Kirchner y varios miembros de su Gobierno en el marco del citado caso.

En un escrito de 300 páginas, Nisman acusaba a la presidenta y a su ministro de Exteriores, Héctor Timerman, entre otros cargos públicos, como autores y cómplices de encubrimiento agravado de los sospechosos iranís, así como de otros delitos conexos, como obstrucción e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Según el fiscal, Kirchner y Timerman son responsables de "decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iranís". La presidenta, añade el escrito, obró de esa manera para "liberar a los acusados y fabricar la inocencia de Irán".

CASO SIN RESOLVER

El atentado contra la AMIA, que dejó 85 muertos y 300 heridos, es el mayor atentado terrorista perpetrado en suelo argentino, a pesar de lo cual sigue sin resolver, principalmente, porque los sospechosos, cinco iranís entre los que se encuentran el expresidente Akbar Hashemi Rafsanjani y el exministro de Defensa Ahmad Vahidi nunca han sido interrogados.

En el 2013, los gobiernos de Fernández de Kirchner y Mahmud Ahmadineyad firmaron un Memorando de Entendimiento (MOE) con el objetivo de "destrabar una causa que estaba absolutamente inmovilizada".

Además, el memorando permitía por primera vez a las autoridades argentinas interrogar a los acusados en el país sudamericano del atentado de la AMIA, algo a lo que Irán se había negado insistentemente.