La retirada de depósitos bancarios en Grecia no ha dejado de aumentar desde el inicio de la crisis. Según cálculos hechos públicos por el banco JP Morgan, al ritmo actual los bancos griegos disponen de tan solo 14 semanas antes de que se queden sin garantías para obtener fondos del Banco Central Europeo (BCE).

El BCE ha permitido al banco central griego proporcionar préstamos de emergencia a los bancos locales, pero un eventual fracaso en las negociaciones de la deuda podría conducir a la imposición de controles de capital.