Mientras Laurent Fabius hacía su entrada oficial en el Quai d'Orsay el 16 de mayo del 2102 como ministro de Exteriores del Gobierno socialista francés, su hijo Thomas, un treintañero con fama de vividor, daba rienda suelta a su adicción al juego recorriendo los casinos de Las Vegas. No tuvo suerte y en dos noches de delirio en el paraíso de las ruletas se fundió la friolera de 3,5 millones de dólares (unos 3,2 millones de euros) que saldó extendiendo nueve cheques de entre 100.000 y un millón de dólares con el membrete de Société Générale y Foreign Bank. Pequeño problema: no tenían fondos.

Sus desmanes han llegado ahora hasta el despacho de la Fiscalía del Estado norteamericano de Nevada, que ha emitido una orden de arresto contra él. Aunque no es un mandato internacional, si Thomas Fabius pone un pie en Estados Unidos se arriesga a ser detenido.

No es la primera vez que el sulfuroso Fabius hace malabares con las apuestas, pero hasta ahora había logrado salir más o menos airoso de sus correrías. Eso sí, dejando facturas millonarias allí por donde pasa. En febrero del 2012 perdió en Montecarlo dos millones de euros.

20.000 euros de propina

Nacido en 1981, el mayor de los hijos de Fabius es un jugador insaciable que tiene prohibida su entrada en los casinos franceses. En 2004, creó una empresa pero la cosa no funcionó. En esa época empezó a dejarse ver en fiestas parisinas y todo tipo de festivales rodeado de modelos. Se aficionó al póquer y frecuentó los círculos de juego de Mónaco. Una Nochevieja ganó 3 millones de euros en el casino de Montecarlo y dejó 20.000 euros de propina a los crupieres.

Pero no solo le buscan los jueces de EEUU. La justicia francesa investiga cómo financió un piso de 285 metros en el barrio de Saint Germain des Près, en París, por el que pagó 7,4 millones en la primavera del 2012. Entre otras cosas, porque su empresa de consultoría solo declaró al fisco unos ingresos de 12.000 euros en el 2011 pero en el momento de la compra puso encima de la mesa 3,4 millones. Además, el ministerio de Economía le investiga por movimientos nada claros por valor de 8 millones.