Lo no hace tanto impensable sigue haciéndose realidad en La Habana. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está manteniendo este lunes una reunión bilateral con su homólogo cubano, Raúl Castro, dentro del Palacio de la Revolución, donde por primera vez en la historia ha sonado el himno estadounidense.

Castro ha explicado que ha pedido a Obama el levantamiento del embargo económico que pesa sobre la isla desde hace más de cinco décadas, calificándolo como el principal obstáculo para "el desarrollo económico" de Cuba. Y también le ha reclamado el fin de la "ocupacion ilegal" de Guantánamo. El dirigente ha calificado los pasos dados por Obama como "positivos pero insufiencientes".

Los dos mandatarios se han encontrado dentro del palacio y se han dado un cálido apretón de manos, el cuarto desde que por primera vez se saludaron en 2013 en Suráfrica durante el funeral de Nelson Mandela. Posteriormente, una vez anunciado el reinicio de las relaciones bilaterales en diciembre del 2014, vinieron los encuentros en la cumbre de las Américas de Panamá en abril de 2015 y en una bilateral en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre.

Gran simbolismo

Que hayan sonado los acordes del himno de las barras y estrellas dentro de la sede del Consejo de Estado, el Consejo de ministros y el Comité Central del Partido Comunista no ha sido el único momento cargado de simbolismo en esta nueva era de acercamiento entre los dos países enfrentados durante más de cinco décadas.

Ese mismo himno había sonado minutos antes en la también emblemática Plaza de la Revolución, donde Obama ha comenzado la jornada con una ofrenda floral en el monumento a José Martí, el padre de la independencia cubana, una visita que ha permitido retratar a Obama frente a otro símbolo de la revolución cubana, el gigantesco relieve escultórico del rostro de Ernesto Ché Guevaraque decora el Ministerio del Interior.

Una vez dentro del memorial a Martí, Obama ha firmado el libro de visitantes ilustres y ha dejado la siguiente dedicatoria: “Es un gran honor rendir tributo a José Martí, que dió su vida por la independencia de su tierra. Su pasión por la libertad y la autodeterminación perdura en el pueblo cubano hoy”.