El presidente francés, Emmanuel Macron, ha convocado este lunes en París a los líderes de Chad, Níger y Libia para reiterar el apoyo europeo en el control de los flujos migratorios procedentes de estos tres países norteafricanos, principales vías de tránsito de quienes arriesgan sus vidas para llegar a Europa huyendo de las guerras y la pobreza.

La reunión contará igualmente con la presencia de la cancillera alemana, Angela Merkel, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.

Aunque supone un desafío para la Unión Europea (UE) en su conjunto, los países mediterráneos, especialmente Italia, son los más afectados por la presión migratoria procedente del norte de África. Según datos del agencia de la ONU para los refugiados, el ACNUR, solo en el primer trimestre del 2017 llegaron a las costas italianas casi 84.000 personas, las mismas que en todo 2016.

España, por su parte, registró el pasado julio la llegada de 2.300 migrantes, cuatro veces más que en el mismo mes del año anterior, de acuerdo con la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), informa Efe.

RETO HUMANITARIO

Además del reto humanitario que implica, la UE busca, con frecuencia sin éxito, atajar el problema en los países de origen para evitar que muchos migrantes terminen ahogándose en el Mediterráneo. Según ACNUR, en el primer semestre de 2017 han muerto o desaparecido 2.253 personas intentando llegar a Europa.

El presidente francés ha defendido un mayor control de las fronteras exteriores de la UE reforzando Frontex e ir a la raíz del problema en los países del Sahel. Sin embargo, la inestabilidad política en la región y, especialmente, la caótica situación libia no facilita las cosas.