Sus 95 metros de altura, incluyendo la cruz con la que será coronado, lo convertirán en el tercer templo ortodoxo más alto del mundo, solo por detrás de la catedral de Cristo Salvador en Moscú o de la también catedral de san Isaac en San Petersburgo. Contará con seis cúpulas doradas, en una impresionante construcción de color verde militar con paneles de cristal levantado en estilo arquitectónico ruso y dotado de elementos contemporáneos o inspirados en la tradición bizantina.

Las dimensiones estarán en concordancia con la importancia que el Gobierno ha imprimido al proyecto: 11.000 metros cuadrados de iglesia capaces de albergar a la vez 6.000 fieles, formando parte de un vasto complejo religioso que constará también de un museo multimedia, y aulas destinadas al clero militar que allí será instruído.

RECAUDACIÓN DE FONDOS

El Ministerio de Defensa de Rusia acaba de iniciar la campaña para recaudar fondos con los que construir una gigantesca iglesia ortodoxa en el parque Patriot, una instalación temática propiedad de las Fuerzas Armadas, a unos 75 kilómetros de la capital donde, año tras año, el complejo militar-industrial ruso expone sus avances en materia de armamento.

La iglesia «simbolizará la espiritualidad del Ejército ruso, que solo eleva la espada para defender a la madre patria», proclama la web del proyecto. Las cuatro capillas laterales estarán dedicados a los cuatro patrones de las diferentes ramas del Ejército: san Elías el Profeta, patron de las Fuerzas Aeroespaciales y las Fuerzas Aerotransportadas, santa Bárbara martir, de las Fuerzas de Misiles Estratégicos, san Andres apóstol, de la Marina, y san Alejandro Nevski, del Ejército de Tierra. El centro de exposiciones, llamado Espiritualidad del Ejército de Rusia tendrá como fin dar a conocer «diferentes episodios de la heroica historia» de los soldados rusos, sigue el texto.

Para financiar la construcción, según el rotativo Védomosti, se ha creado el fondo Resurrección que, según el viceministro de Defensa, Andréi Kartapólov, se nutrirá de las donaciones de «ciudadanos voluntarios, incluyendo a mecenas, militares y todas las organizaciones interesadas». Hasta ahora se han reunido 1.060 millones de rublos (unos 13 millones de euros).

Muchas voces dentro y en el entorno de la Iglesia ortodoxa han criticado la idoneidad del colosal templo en una región relativamente aislada de la gran ciudad, ya que ni siquiera la catedral de Cristo Salvador, en el mismo centro de Moscú, logra llenarse de fieles.

PROYECTO IDEOLÓGICO

«Al Gobierno le importa poco si se llena; es un proyecto ideológico, un paso más que demuestra que la Iglesia en la actualidad es una rama más del Estado», valora Román Lunkin, sociólogo y especialista en temas religiosos del Instituto Europa.

La réplica la da Igor Yeleferenko, exdiputado en la asamblea de Moscú y expresidente de la comisión parlamentaria de asuntos interconfesionales, que dice no imaginar un Ejército «sin ideología». «Tras la disolución de la URSS, el comunismo quedó desacreditado como ideología, y la religión puede llenar ese hueco», sostiene.

La economía rusa, por otra parte, necesita reformas. En el ejercicio del 2017, el país dejó atrás tres años de dura recesión, y registró un crecimiento del PIB del 1,5%, una magra cifra para una economía emergente.