Al menos ocho personas pertenecientes a los movimientos sociales que respaldan a Evo Morales murieron durante un enfrentamiento con fuerzas de seguridad en Sacaba, en las inmediaciones de la ciudad de Cochabamba, donde se puso en escena el modo en que comenzará a desarrollarse la disputa política en Bolivia. El Gobierno de facto ha empezado a utilizar el lenguaje de la Guerra Fría y ha advertido de la prescencia de "subversivos" en las manifestaciones. Las autoridades nacidad del golpe han detenidos a nueve venezolanos después de que La Paz haya roto las relaciones diplomáticas con Caracas y haber reconocido al diputado Juan Guaidó como presidente "encargado" del país caribeño. También ha negociados la salida del país 725 médicos cooperantes cubanos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado el "uso desproporcionado de la fuerza policial y militar" que, además de los campesinos muertos, ha dejado a decenas con heridas de gravedad en los incidentes del viernes. El Estado, ha recordado la CIDH, tiene la "obligación de asegurar el derecho a la vida e integridad física de quienes protestan pacíficamente". Para esta organización, las armas de fuego que se han utlizaido en Sacaba "deben ser excluidas de los dispositivos utilizados para el control de las protestas sociales".

El grado de conflictividad que se ha mostrado en la periferia de Cochabamba -y que en cualquier momento puede trasladarse a La Paz, la capital política- no ha pasado inadvertido al bloque de derechas que ocupa el Gobierno provisional. La senadora Jeanine Áñez, quien juramentó el cargo de presidente sin quorum parlamentario, ha afirmado que "súbditos extranjeros" están relacionados con las protestas callejeras y el bloqueo al suministro de gas. "Vamos a asumir medidas constitucionales que nos permitan restaurar el orden público y el normal desarrollo de la actividad económica para entregar después de nuestro mandato un Estado viable y con posibilidades de desarrollo", ha dicho.

Tras la denuncia de la CIDH, Áñez ha expresado su "consternación" por lo ocurrido pero ha acusado a Morales de "convulsionar" al país. El gobernante saliente "trata de minimizar los hechos de corrupción y el fraude electoral cometido el pasado 20 de octubre". "Si quieren volver a tener poder, ganen las elecciones, porque nosotros no les vamos a permitir que nos vuelvan a robar", señaló la senadora al Movimiento al Socialismo (MAS). “Sepan que están ante una mujer firme, ante una mujer comprometida con su país".

"El régimen golpista que tomó el poder por asalto en mi querida Bolivia reprime con balas de las FFAA y la Policía al pueblo que reclama pacificación y reposición del Estado de Derecho. Ahora asesinan a nuestros hermanos en Sacaba, Cochabamba", ha tuiteado Morales. En una entrevista concedida a la cadena CNN, el presidente depuesto ha dejado entrever que la tensión irá en aumento. "Escuchando tanta masacre, no creo que el pueblo pare hasta sacar la dictadura del Palacio Quemado".

Morales ha revelado que habló con los dirigentes cocaleros que encabezaron la manifestación en Socaba. Tras lo ocurrido, ha dicho, "no pararán" hasta la sacar del poder a Áñez. "Por eso tengo miedo y la única forma de parar es con mediación, seamos responsables". Morales ha hecho un llamamiento al diálogo "con autoridades de gran nivel" y sin exclusiones para salir de la crisis que estalló tras los resultados electorales. "Nuestro pueblo pide paz y concertación".

La paz está lejos de llegar a Bolivia pese a la dimisión a la presidencia de Evo Morales / AP

"El debilitamiento de los lazos de convivencia entre los bolivianos y bolivianas constituye uno de los desgarros más preocupantes y tristes que nos va dejando la larga crisis política que atraviesa el país", ha escrito el diario paceño 'La Razón' en su editorial. "Parecería que cada grupo se atrinchera en sus certezas y prejuicios, sin intentar comprender las ideas o razones de aquellos a quienes se considera diferentes". Para 'La Razón' "no se trata de encontrar un consenso utópico sobre los diferentes asuntos que están en juego, sino, de al menos procurar escuchar las razones del otro con respeto; y no necesariamente para asumirlas, sino para enriquecer nuestra comprensión del problema".