Siare Engineering es la única industria italiana que produce ventiladores médicos para la respiración. Demasiado pocos para la pandemia, por lo que, cerradas algunas de las fábricas, el grupo FCA y la galaxia de Fiat se han unido a la industria insuficiente y empezado a producirlos juntos. No es un caso aislado.

Intersurgical, sociedad situada cerca de Módena, una zona donde 4.500 empleados trabajan en 100 industrias biomédicas, contaba con 50 trabajadores, pero en pocos días el equipo ha crecido hasta 75 empleados: producen aparatos aparatos para la insuficiencia respiratoria subintensiva y han tenido que triplicar los turnos hasta cubrir las 24 horas y así poder producir entre 200 y 700 por día, según vaya la jornada.

En la región de Apulia, la empresa Tessiture del Salento ha reconvertido sus 96 telares de producción de corbatas, foulards y otros accesorios de moda en máquinas que ahora producen máscaras de protección de tres capas de tejido (hidrorepelente, antibactérico, antialérgico y mórbido para que no dañe la piel) compatibles con las gafas. En todos los casos, los productos cuentan con el visto bueno del Instituto Superior de Sanidad.

SECTOR DE LA MODA

En la última semana de febrero, el comisario para la emergencia, Domenico Arcuri, lanzó a las industria italiana una llamada de socorro para que reconvertirean sus empresas de manera provisional. El país necesitaba 90 millones de máscaras cada mes, una pieza que ya nadie fabricaba porque se gana demasiado poco, por lo que mejor que se hagan en otros países, se decía. Y batas de hospital, máscaras más protectoras para cirujanos y enfermeros, respiradores, bombonas de oxígeno para los contagiados recluidos en sus viviendas, sillas de ruedas, camillas...

El Alta Cámara para la moda se adhirió inmeditamente al llamado: Armani, Gucci, Prada, Miroglio, Calzedonia....Pymes de todo el país, muchas por falta de ventas, elaboraron planes de reconversión inmediata. Alguna empleó una semana en transformarse, otras 15 días. Como cuando durante la segunda guerra mundial (1939-1945), a instancias de Benito Mussolini, por un lado, y de los opositores por otro, junto con los Aliados, el sector téxtil pasó de producir chaquetas y pantalones civiles a coser uniformes militares, mientras que las industrias pesadas lo hicieron con cañones y tanques.

En su llamada a la nación, Arcuri ofreció 50 millones de avales inmediatos (hasta dos millones de crédito) a través de Invitalia, agencia nacional para atraer inversiones. Intereses del 0 hasta el 100% del gasto si la reconversión se realizaba en 15 días, del 50% y el 25% si se producía en 30 o 60 días. Miroglio, en Piamonte, pasó de 20.000 máscaras a 600.000. BCBoucar dejó de producir material de empaquetamiento de productos de lujo a crear máscaras. Scataglini Tessuti y sus ocho empleados se alió con las pymes vecinas y se reconvirtió. Nuova Sapi, en la región Emilia-Romagna (Bolonia), a través de la patronal local, se unió a 10 empresas de la zona y ahora producen 150 mil máscaras por semana, esperando alcanzar 150 mil por día.

CONFISCACIÓN DE MATERIAL

Mientras, Turquía e India, entre otros países, confiscaban en las aduanas las máscaras ya pagadas por anticipado, por un valor de hasta 670.000 euros. Los británicos bloquearon en Londres un cargamento de dos millones de máscaras destinadas a Italia y que procedían de Bangkok. Canadá, por su lado, detuvo un lote de un millón de FFP2, las máscaras con filtro para médicos, que procedía de Dubai (Emiratos). En Italia se robó un furgón que contenía 100 mil máscaras y medio millar de batas protectoras. Mientras, el preciop de las máscaras pasaban de menos de un euro por unidad a cinco y, en algonos casos, 10 a 50

Frente a tantos obstáculos, Arcuri pasó a la ofensiva: firmó la orden de confiscar todo el material sanitario que estaba preparado para salir del Italia y suprimió los impuestos del material importado. En cinco días, la Agencia Aduanera confiscó 1,5 millones de máscaras, 2,7 millones de guantes, poco menos de 5.000 aparatos médicos, 50 mil respiradores para las ucis...

"El capitalismo se pone en 'pausa' durante unos meses para salvar la economía y al mismo tiempo vidas humanas, ha dicho en estos días a los italianos el Nobel Edmund Phelps. Es un ferviente capitalista, según el cual, tras la pandemia, el sistema no volverá a ponerse en marcha sin una pasión creativa. Y dinero en el bolsillo. Lo vemos en China, donde estamos reabriendo las tiendas, pero todavía hay miedo... y menos dinero disponible. Palabra de Sandro Veronesi, fundador del grupo Calzedonia (Intimissimi, Tezenis, Falcineri).