Por primera vez en la historia de la República Italiana el Gobierno se ha visto obligado a intervenir un cuartelillo de los carabineros en Piacenza, capital de la homónima provincia, en la región de Emilia Romagna (Bolonia). Todos sus ocupantes han sido arrestados, a excepción de uno, acusados de haber transformado el cuartel en un "centro de horrores, en el que no había nada de lícito", según la fiscal Grazia Pradella. La comisaría funcionaba como centro de distribución y venta de drogas, en pleno confinamiento de la ciudadanía por el coronavirus.

Los detenidos, seis carabineros más otras 12 personas, están acusados también de extorsión, arrestos ilegales, registros domiciliarios e inspecciones ilegales, falsedad en actas públicas, torturas, encubrimiento, violencia privada, lesiones y malversación de fondos públicos.

"Coño, chicos, tengo que explicaros lo que he organizado: ¡Una asociación para delinquir! Una pirámide encima de la cual estamos yo, tu, éste, nosotros, que somos inalcanzables", dice uno de los carabineros detenidos en una conversación telefónica pinchada por la policía.

ORGANIZACIÓN CRIMINAL

La investigación del caso, que lleva el nombre de Odysseus, surgió después de las declaraciones de un agente que había prestado servicio en Piacenza, mientras declaraba sobre un asunto de tráfico de drogas. Según los investigadores, la asociación de delincuentes fue formada en el 2017 por el suboficial que dirigía el cuartel Levante de Piacenza y a partir de entonces se desarrolló y extendió en el territorio como una verdadera organización criminal.

El vínculo que unía todas las actividades delictivas de los 23 acusados partía del mercado de la droga en aquella zona. Los carabineros apartaron del negocio a los pequeños narcotraficantes y se hicieron con la distribución de los narcóticos. Sus tentáculos llegaron hasta Milán (otra región y provincia). Los policías detenidos facilitaron los desplazamientos a sus 'camellos' en pleno confinamiento con falsas autocerficaciones. "Si te paran, les dices que ya te hemos controlado", le aconsejan a un camello enviado a Milán, mientras en la región morían más de 4.000 personas por el virus.

Según la fiscalía, las pequeños vendedores que trabajaban para los agentes eran sometidos a fuertes presiones, con falsos arrestos, puñetazos y torturas. Uno de los investigadores compara el trato dado a los 'camellos' con las torturas de los soldados estadounidenses documentadas en Irak. Los policía se hacían 'selfies' con sus víctimas.

ASPECTOS INCOMPRENSIBLES

"¡Entonces no has entendido que aquí no mandas un coño!", se oye en una de las conversaciones telefónicas intervenidas. Justo después el agente golpea a uno de sus vendedores. "Oye bien, de ahora en adelante si quieres vender, vendes ésta, de otro modo no trabajas", se escucha en otra grabación. "La cosa se la damos nosotros, luego él, ellos tendrán sus camellos, por lo que se trata de una cadena a partir de la que nunca llegarán a nosotros", explica el jefe local de los carabineros implicado en el caso.

"Se trata de hechos graves. Estamos frente a delitos impresionantes, en algunos aspectos incomprensibles para los mismos investigarores", ha dicho la fiscal Pradella. "Se trata de unos actos criminales de tal magnitud que nos ha obligado incluso a intervenir el cuartel", ha añadido.

Lorenzo Guerini, ministro de Defensa, ha informado que todos los acusados han sido "suspendidos del cargo" y que se procederá contra ellos con "rigurosas medidas disciplinares". Según Guerini "se trata de hechos inaceptables, que pueden enlodar la imagen del cuerpo Arma nombre con el que en Italia se conoce el cuerpo militar--, compuesta por 110.000 hombres y mujeres que cada día trabajan con un altísimo sentido de las instituciones al lado de los ciudadanos".