Con 65.000 nuevos contagios y 248 fallecidos por coronavirus en las últimas 24 horas, la situación sanitaria continúa degradándose en Francia. Con el objetivo de revertir esta tendencia al alza, las autoridades francesas ampliarán este jueves la lista de zonas sometidas a “medidas de frenado reforzadas”. Aube, Nièvre y Rhône, con una tasa de incidencia que supera los 300 casos por cada 100.000 habitantes, se sumarán a los 16 departamentos sometidos desde el 20 de marzo a un nuevo confinamiento “aligerado”.

“Dentro [de casa] con los míos, fuera como ciudadano”, con este eslogan el primer ministro, Jean Castex, promociona las medidas que dictan el día a día de los franceses en las regiones con “restricciones sanitarias reforzadas”. Dentro: “no recibo en mi casa; aireo con frecuencia; no voy a casa de otros; no salgo a partir de las 19h; teletrabajo salvo que sea imposible”. Fuera: “llevo mi mascarilla y respeto las distancias; evito comer y beber si no estoy solo o con miembros de mi hogar; no salgo de mi región o departamento salvo motivo imperioso”. Así resume las normas en vigor un impreso gubernamental difundido a través de las redes sociales.

Los colegios en el punto de mira

Por ahora, los colegios permanecen abiertos en las zonas “reconfinadas”. Sin embargo, la multiplicación de los casos de covid-19 en las escuelas es cada vez más preocupante. Según las últimas cifras oficiales de la Educación Nacional, la tasa de incidencia entre los menores parece estar en constante aumento, ascendiendo a 275 casos por cada 100.000 jóvenes menores de 10 años y a 385 por cada 100.000 para el grupo de edad de 10 a 19 años. En las zonas donde el covid-19 circula con especial virulencia, como la región parisina, las cifras son aún más alarmantes, con 673 casos por cada 100.000 adolescentes.

A pesar de la indiscutible degradación de la situación sanitaria en el ámbito escolar, el Gobierno sigue siendo reacio a su cierre “porque conocemos el coste educativo, el coste social, el coste en términos de violencia para algunos niños”, explicó el portavoz del Ejecutivo, Gabriel Attal, este jueves. Su eventual cierre es, según Attal, “un último recuso”.

Reuniones limitadas en la vía pública

A nivel nacional, un toque de queda prohíbe a los franceses -salvo motivo derogatorio- salir a la calle entre las 19h y las 6h. A esta norma se suma, desde este miércoles, la interdicción de reuniones de más de seis personas al aire libre. Para asegurarse de su cumplimiento, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha pedido a la policía que sancione “estrictamente” las concentraciones en la vía pública, “en todo el país”.

“Si las medidas anunciadas la semana pasada se aplican, por supuesto que tendrán un impacto”, defendió Gabriel Attal en la antena de France Inter, respondiendo a las críticas de quienes consideran demasiado “ligeras” las normas anunciadas para frenar la tercera ola de coronavirus en el Hexágono. “Vamos a aumentar los controles y las sanciones”, advirtió retomando la dialéctica del ministro del Interior.

Mientras tanto, la presión hospitalaria continúa aumentando con 26.756 hospitalizaciones, más de 4.600 de entre ellas en los servicios de reanimación. El director de la Asistencia Pública-Hospitales de París (AP-HP), Martin Hirsch, lanzó la señal de alarma este miércoles: en la región de Île-de-France, los servicios hospitalarios “no habían visto un número tan elevado de ingresos en veinticuatro horas desde la primera ola [de marzo de 2020]”, tanto en términos de hospitalizaciones convencionales como de reanimaciones, alertó en el diario Le Monde.