El presidente francés, Emmanuel Macron, justificó este jueves su asistencia a los actos conmemorativos del bicentenario de la muerte de Napoleón en la necesidad de conocer el pasado, "en sus hechos gloriosos y en los errores".

"La lucha contra la ignorancia, el amor por el saber y por la historia nos lleva a no ceder a quienes desprecian el pasado cuando no se corresponde con la concepción que ellos tienen del presente", aseguró el presidente en un discurso ante un grupo de académicos para recordar al emperador.

De esta forma, Macron se situó por encima de la polémica que divide a Francia entre los partidarios de ensalzar la figura de Bonaparte y quienes le reprochan su totalitarismo, sus campañas bélicas sanguinarias o su decisión de restablecer la esclavitud.

"Napoleón es parte de nosotros", clamó el presidente, que negó hacer "una celebración exaltada" pero justificó "una conmemoración clarividente" surgida de "una mirada de frente a la historia".

Los actos, que incluyen exposiciones, subastas y la publicación de muchos libros, deben servir para "conocer lo que Napoleón hizo de nosotros y lo que nosotros hemos hecho de Napoleón", dijo Macron al asegurar que el pueblo francés ha sabido con el tiempo rectificar muchos de sus errores.

Si el emperador introdujo el Código Civil que consagraba la igualdad de todo ciudadano, el tiempo supo enriquecerlo con la igualdad entre hombres y mujeres. Si su Código Penal introdujo la noción de protección, los siglos llevaron a despojarlo de la pena de muerte.

"Del imperio hemos renunciado a lo peor y del emperador hemos ensalzado lo mejor", dijo Macron, convencido de que "sin Napoleón el destino de Francia no habría sido el mismo" y le atribuyó el haber dotado a los ideales de la Revolución Francesa de una estructura duradera que desembocó en la actual organización política del país.

El presidente tiene previsto acudir hoy a la tumba del emperador para depositar una corona de flores junto a Jean-Christophe Napoleón Bonaparte, actual representante del linaje del corso.