La farmacéutica estadounidense Moderna ingresó entre enero y marzo 1.700 millones de dólares (1.415 millones de euros) gracias a las ventas de su vacuna contra la Covid-19, lo que le permitió cerrar el primer trimestre del año con unas ganancias de 1.200 millones de dólares (unos 1.000 millones de euros), el primer beneficio neto de su historia.

En total, Moderna facturó 1.900 millones de dólares durante los tres primeros meses del año, principalmente gracias a la venta de algo más de 100 millones de dosis de su vacuna, según un comunicado publicado este jueves. La empresa anunció además que ha elevado sus previsiones de ventas de la vacuna para el conjunto del año hasta un total de 19.200 millones de dólares y dijo que espera entregar durante el segundo trimestre entre 200 y 250 millones de dosis.

"En el primer trimestre, el equipo de Moderna cumplió con sus compromisos de suministro a muchos gobiernos y ayudó a proteger a más de 100 millones de personas. Este logro se tradujo en el primer trimestre de beneficios en la historia de la compañía, tras 10 años de innovación científica y varios miles de millones de dólares invertidos para hacer nuestra plataforma de ARNm una realidad", señaló el consejero delegado, Stéphane Bancel. Bancel dijo que Moderna espera producir en 2021 al menos 800 millones de dosis de su vacuna, que usa una novedosa tecnología de ARN mensajero (ARNm), aunque tratará de que la cifra se acerque a los 1.000 millones.

Además, señaló que la firma está en conversaciones con todos los gobiernos con los que tiene contratos en 2021 para entregas en 2022 de dosis iniciales y de refuerzo de la vacuna, así como en negociaciones con nuevos países de Asia, Oriente Medio, África y Latinoamérica. Así, según Bancel, la expectativa es que el total de dosis contratadas para 2022 sea mayor que el de 2021.

La empresa aseguró el miércoles que la dosis de refuerzo que está probando para hacer frente a las variantes de coronavirus de Sudáfrica y Brasil ha dado resultados prometedores, puesto que incrementa la presencia de anticuerpos que neutralizan esos virus mutantes. Además, dijo que una dosis de refuerzo de otra vacuna que ha desarrollado, y que denomina mRNA-1273.351, generó una respuesta inmunitaria incluso mejor que la de su vacuna actual ante la variante sudafricana.

Las acciones de Moderna cerraron el miércoles con pérdidas de más del 6 % en Wall Street, golpeadas por el anuncio de que Estados Unidos apoyará la propuesta que varios países han presentado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para suspender temporalmente la propiedad intelectual de las vacunas. Este jueves, tras dar a conocer sus cuentas, los títulos de la compañía seguían cayendo y a esta hora perdían casi un 9 % en las operaciones electrónicas previas a la apertura de la Bolsa de Nueva York. 

Efectividad del 96 % en adolescentes

La vacuna contra la Covid-19b ha mostrado una efectividad del 96 % en ensayos llevados a cabo con niños y adolescentes de 12 a 17 años. Según Moderna, la vacuna fue generalmente bien tolerada y no ha generado hasta ahora ninguna preocupación seria en materia de seguridad, con efectos secundarios similares a los registrados en adultos, que incluyen dolores de cabeza, fatiga o escalofríos.

Los datos se basan en un estudio inicial con más de 3.000 participantes en Estados Unidos que recibieron al menos una dosis de la vacuna Hasta ahora, la vacuna de Moderna está autorizada para mayores de 18 años, mientras que la de Pfizer y BioNTech, basada en una tecnología similar, se usa a partir de los 16 años y se espera que sea aprobada de forma inminente en Estados Unidos para los niños mayores de más de 12 años.

Pfizer anunció esta semana que prevé además solicitar la autorización de emergencia para su vacuna en niños de 2 a 11 años en septiembre y para los de 6 meses a 2 años en noviembre. Moderna, mientras tanto, no ha dado plazos, pero también tiene en curso un estudio de fase 2 en menores de entre 6 meses y 11 años. La firma biotecnológica anunció además que tiene previsto solicitar a lo largo de este mes la aprobación plena de su vacuna en Estados Unidos, que hasta ahora se usa bajo una autorización de emergencia, lo que le permitiría comenzar a venderla de forma directa y no únicamente a través del Gobierno.