La Franja Gaza vuelve a estar en el centro de la actualidad después de que el conflicto entre israelís y palestinos haya escalado en los últimos días. El territorio limita al oeste con el mar Mediterráneo, con Egipto al sur y con Israel al norte y al este y toma su nombre de su ciudad principal, Gaza. En 2012, un informe de Naciones Unidas concluyó que en el año 2020 no se podría vivir en esta atestada franja de tierra.

De hecho, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) define Gaza como un lugar "inhabitable". Sin embargo, en el territorio de apenas 360 kilómetros cuadrados -poco más de la mitad de Madrid- residen unos dos millones de personas, lo que le hace tener una de las tasas de densidad de población de las más altas del mundo. Esto se debe en parte a la alta natalidad, una de las mayores del planeta, en un territorio donde casi la mitad de la población tiene menos de 14 años.

Alrededor de un millón y medio de los habitantes de Gaza son refugiados palestinos, de los cuales un millón reside en campos de refugiados. Se reparten entre ocho campos que la ONU describe como “ciudades de tiendas de campaña”. Estos campamentos están caracterizados por "altas concentraciones de pobreza hacinamiento extremo", como explica la organización. Miles de ellos son personas que trabajaban en Israel pero que con el bloqueo israelí de 2007 perdieron sus empleos. Hasta el 80% de su población depende de la ayuda de las organizaciones humanitarias para seguir adelante.

Pobreza en Gaza

La situación económica no solo es desfavorable en los campos de refugiados, sino que la pobreza se expande por toda la franja. La agencia de la ONU para los refugiados señala que el 64% de los hogares gazidís son pobres. Esto responde a la alta tasa de desempleo en la región. A finales de 2020, casi la mitad de los ciudadanos de Gaza en edad de trabajar estaban desempleados, situación que se ha incrementado por la crisis del covid. A esto se suma que el 90% de las familias están endeudadas de forma significativa. En muchos hogares esta deuda dobla los ingresos anuales.

Esta pobreza hace que, a diferencia de lo que ocurre en Israel, en el territorio palestino carezcan de alarmas que avisen sobre los ataques o de bunkers donde los habitantes puedan resguardarse de los lanzamientos. La ofensiva israelí de los últimos días ha hecho que muchas familias hayan decidido huir de sus hogares para poder ponerse a salvo.