El cofundador de los talibán y jefe negociador del grupo, el mulá Abdul Ghani Baradar, se encuentra ya en la capital de Afganistán, Kabul, para discutir con los líderes políticos afganos la formación de un nuevo Gobierno en el país tras la reconquista que culminaron los insurgentes la semana pasada.

Baradar, a quien los analistas internacionales apuntan como presidente del país en el futuro gobierno, emprenderá posiblemente un encuentro con el llamado Consejo de Coordinación formado por el expresidente del país Hamid Karzai, el exprimer ministro Abdulá Abdulá y el antiguo señor de la guerra Gulbuddin Hemaktyar.

El cofundador de los talibán regresó al país desde la capital de Qatar, Doha, el pasado martes y ha permanecido en la provincia de Kandahar -la tierra natal de los talibán- según ha podido confirmar el jefe adjunto de la llamada "comisión cultural" de la organización, Ahmadulá Wasiq, al diario 'Hasht e Subh'.

En las últimas horas, el propio Wasiq ha reiterado a la cadena BBC que la intención de los talibán es la de configurar lo antes posible un gobierno "inclusivo" y que la llegada de Baradar a Kabul obedece a la necesidad de declarar este nuevo ejecutivo lo antes posible para rellenar el vacío de poder existente.

Durante su estancia en Doha, Baradar ejerció como jefe talibán en las negociaciones con Estados Unidos sobre la retirada de tropas, y posteriormente lideró las infructuosas conversaciones de paz con el Gobierno afgano.

La red Haqqni se asienta como responsable de seguridad en Kabul

También en las últimas horas se ha producido una reunión entre Hemaktyar y Jalil Rahman Haqqani, uno de los líderes de la red Haqqani, organización que guarda estrechos vínculos con los talibán y ahora es la encargada de mantener la seguridad en la capital, Kabul, informa la cadena afgana 1TV News.

"El hecho de que tengamos a Jalil al Rahman Haqqani a cargo de la seguridad de Kabul es desalentador", ha lamentado un responsable de Inteligencia británico bajo anonimato a la cadena internacional estadounidense Voice of America. "La red Haqqani y al Qaeda tienen una larga historia juntos, se podría argumentar que están entrelazados y es muy poco probable que corten las relaciones después de esto", ha lamentado.

El diplomático británico retirado Ivor Roberts ha añadido al mismo medio que la asignación de miembros de la red Haqqani para supervisar la seguridad de Kabul es similar a "poner al zorro a cargo de un gallinero".

Roberts, asesor principal del Proyecto Contra el Extremismo, una red sin fines de lucro que investiga a los grupos extremistas, se declaró sorprendido por la medida. "Pensé que desde el punto de vista de las relaciones públicas, los talibán estaban siendo un poco más inteligentes", ha estimado.

"En cambio, están presentando a los peores elementos de su coalición y envían una señal terrible a las mujeres, las niñas y la sociedad civil. Y creo que aumenta la posibilidad de que Afganistán se convierta nuevamente en un caldo de cultivo para el terrorismo internacional", ha añadido.