El canciller austriaco, Sebastian Kurz, ha anunciado su dimisión como jefe del Gobierno en medio de la crisis provocada por las acusaciones de corrupción, aunque mantendrá sus aspiraciones políticas pese a la ruptura de la coalición de gobierno que mantenía con Los Verdes.

"Nuestro socio de coalición ha decidido adoptar una postura clara en mi contra", ha afirmado Kurz en rueda de prensa televisada. Por ello considera que están en una situación de "callejón sin salida" pese a que "la pandemia no ha terminado aún, la crisis económica apenas acaba de empezar y sería irresponsable una deriva hacia el caos durante meses".

"En este momento crítico, en mi opinión, sería irresponsable caer en meses de caos o estancamiento y sería exactamente lo mismo, en mi modesta opinión, también irresponsable, entregar el gobierno a una coalición de cuatro partidos, un experimento que al final dependerá igualmente de la gracia de Herbert Kickl", ha argumentado en referencia al líder del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPO).

Alexander Schallenberg toma el relevo

Por eso ha anunciado su dimisión "anteponiendo los intereses del país a los míos" y haciendo un llamamiento a la "estabilidad y responsabilidad". Su puesto lo ocupará el ministro de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg, ha anunciado Kurz en su breve comparecencia, en la que no se han admitido preguntas.

En cuanto a las acusaciones, ha argumentado que datan de 2016. "Son falsas y voy a aclarar eso también. Estoy profundamente convencido de ello", ha asegurado. Kurz ha indicado que seguirá siendo el líder del Partido Popular Austriaco (OVP).

Tras la rueda de prensa, la ministra de Agricultura, Elisabeth Koestinger, considerada muy cercana a Kurz, ha subrayado que éste está dando "un paso a un lado" y que se mantendrá al margen del gobierno "hasta que las acusaciones se aclaren". Más tarde ha trascendido que Kurz y August Woeginger ejercerán conjuntamente como portavoces del grupo parlamentario del OVP.

Kurz y otras nueve personas están acusadas de desviar fondos públicos a la empresa de prensa para impulsar sus aspiraciones políticas. En la última semana la Fiscalía ha registrado varias sedes oficiales.

Como consecuencia del escándalo, Los Verdes, socio minoritario del Gobierno de Kurz, han pedido su dimisión y estaba prevista una moción de censura para el próximo martes que ahora depende de la decisión de Los Verdes, que podrían optar por dar continuidad al Gobierno con el OVP de Kurz ya sin él al frente.

"Sebastian Kurz me ha informado de su dimisión como canciller y, en vista de la situación actual, considero que es la decisión correcta para el futuro del gobierno, por responsabilidad hacia Austria y por la reputación de Austria en el exterior", ha afirmado el vicecanciller y líder de Los Verdes, Werner Kogler, en un comunicado.

El texto de Kogler anuncia una reunión con Schallenberg para el lunes y ha destacado que la colaboración con el actual ministro de Exteriores "ha sido muy constructiva hasta ahora". El propio Schallenberg no se ha pronunciado en modo alguno previsiblemente en espera a la reunión de este lunes.

Mientras, el Partido Socialdemócrata de Austria (SPO) prepara una coalición a cuatro bandas que incluiría al polémico partido ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPO).

La líder socialdemócrata, Pamela Rendi-Wagner, defendía antes de conocer la dimisión de Kurz la posibilidad de renunciar a su compromiso de no colaborar con el FPO porque "situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias", según declaraciones a la cadena pública ORF. Además del FPO, la coalición incluiría a Los Verdes y al partido liberal NEOS.

Desde el FPO han criticado el gesto puesto que consideran que es "una huida hacia la inmunidad parlamentaria" en palabras del líder de la formación ultraderechista, Herbert Kickl.