De Mao Zedong, el fundador de la república, aparecen siete menciones. Cinco de Deng Xiaoping, el arquitecto de la apertura. Y 17 de Xi Jinping, presidente actual. El extenso documento aprobado este jueves, pomposamente llamado 'Los mayores logros y la experiencia histórica de un siglo de lucha del Partido Comunista', escasea en sorpresas: subraya los éxitos de la nación, mantiene el rumbo y persevera en la adoración de su líder, alfa y omega del partido desde que ocupara el sillón una década atrás.

Los casi 400 miembros del Comité Central han aprobado tras una semana de reuniones a puerta cerrada en un hotel pequinés la tercera "resolución histórica" desde que una docena de miembros fundaran el partido un siglo atrás en Shanghái. La escasez de resoluciones justificaban su relevancia. Las anteriores fueron firmadas por Mao y Deng, padres de la China contemporánea. El país no está, como entonces, ante un cruce de caminos. Descartada la trascendencia del momento, la presente se entiende como la celebración de los éxitos del partido y el enésimo empujón a Xi hacia el altar. Este empezará su tercer mandato, si no hay sorpresas mayúsculas, en el vigésimo Congreso del partido del próximo otoño.

Sin críticas

El documento cita 10 áreas en la que el partido debe perseverar y repasa sus aportaciones sin pecar de prudencia. "Ha escrito la más magnífica épica de los miles de años de historia de la nación", apunta. Le ahorra las críticas a capítulos tan dudosos como la Revolución Cultural o el Gran Salto Adelante que sí las recibieron de Deng. Y llama a "todo el partido, todo el Ejército y todo el pueblo de todos los grupos étnicos a unirse más fuerte en torno al Comité Central del Partido con el camarada Xi Jinping como núcleo para implementar su nueva era de socialismo con características chinas". El foco apunta más al líder que al grupo. Su pensamiento, añade, epitomiza "la cultura y alma chinas" y sus esfuerzos han contribuido al "rejuvenecimiento de la nación".

La resolución ha sido aprobada en el sexto de los siete plenarios que jalonan el curso político entre congresos. El siguiente debería culminar la carrera política de Xi pero una reforma constitucional anuló el límite de dos mandatos quinquenales. Será Xi el presidente más longevo desde Mao, una meta que se antojaba improbable cuando emergió en la política nacional y los chinos lo identificaban como el esposo de Peng Liyuan, una célebre cantante de música folclórica. Xi consiguió el fervor popular con su lucha contra la corrupción que desangraba la imagen del partido y en los últimos años se ha apuntado éxitos como la erradicación de la pobreza, el sometimiento de la pandemia del coronavirus o la mitigación de las desigualdades sociales creadas por el desarrollismo a cualquier precio. El Producto Interior Bruto de China ha crecido un 70% desde que alcanzara el poder en 2012 y la renta disponible per cápita se ha doblado.

Sin rivales ni sucesores

Alcanza el final de su segundo mandato sin rivales ni sucesores, con el partido y el pueblo convencidos de que el país necesita de un líder férreo e indiscutible cuando arrecian amenazas como la hostilidad estadounidense y un horizonte económico complejo. La esencia de la tercera resolución histórica radica en explicar por qué la dimensión personal de Xi y los retos presentes justifican el final de los límites al poder presidencial que había establecido Deng Xiaoping para evitar que se repitieran los dolorosos excesos del pasado.