Giro pronunciado para el futuro de Libia. La dimisión del enviado especial de la ONU para el país a un mes de las cruciales elecciones legislativas y presidenciales exigidas por la comunidad internacional pone en riesgo la hoja de ruta para la paz. El eslovaco Jan Kubis presentó este martes su renuncia, cogiendo por sorpresa a los actores locales e internacionales involucrados en la búsqueda de la paz. Duramente criticado por su decisión, Kubis había insistido en la celebración de estos comicios pese a los peligros que conllevan en el contexto actual.

"Con pesar" ha aceptado el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, la inesperada renuncia de Kubis, según el portavoz Stephane Dujarric. "El señor Kubis ha dejado en claro que no va a cerrar la puerta hoy", ha respondido Dujarric sin concretar cuándo abandonará el puesto el diplomático. "Él, más que nadie, no quiere que la misión se desestabilice de ninguna manera", ha añadido. Se desconocen los motivos que han llevado a este exministro de Exteriores eslovaco a renunciar al cargo que ocupaba desde enero.

Gadafi y Haftar, candidatos

El próximo 24 de diciembre la sociedad libia está llamada a las urnas para elegir a su presidente y sus representantes legislativos. Más de 2,8 millones de libios ya se han registrado para votar en el proceso respaldado por la ONU, en el que Kubis tuvo un papel crucial. La comunidad internacional se juega mucho en estos comicios después de que líderes mundiales como la cancillera alemana, Angela Merkel, el presidente italiano, Mario Draghi, o la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, insistieran en la necesidad "de unas elecciones libres, justas, inclusivas y creíbles".

También este martes la comisión electoral de Libia ha anunciado 98 candidatos para la carrera presidencial, incluido el hijo del exdictador Muammar Gadafi, Saif al Islam Gadafi, y el comandante militar oriental, Khalifa Haftar. A su vez, Leila ben Khalifa, la activista al frente del partido Movimiento Nacional, se ha convertido en la primera mujer en presentarse a la presidencia de Libia. "Somos plenamente conscientes del calendario electoral y estamos trabajando lo más rápido posible para asegurar la continuidad del liderazgo", ha dicho Dujarric.

Alto el fuego

Libia cayó en el caos tras el derrocamiento respaldado por la OTAN del dictador Muamar Gadafi en 2011. Hace más de un año, los dos bandos principales en el conflicto civil -el Gobierno de Acuerdo Nacional con reconocimiento internacional y sede en Trípoli, y el Ejército Nacional Libio liderado por Haftar en el este del país- acordaron un alto el fuego. Aprovechando el acercamiento, un foro político de la ONU exigió la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales como parte de una hoja de ruta que ponga fin a la guerra civil.

Mientras el país se prepara para la controvertida cita del próximo día 24, la renuncia de Kubis amenaza con descarrilar el proceso de paz. El pasado mes de julio, el ya exenviado especial de la ONU a Libia acusó a los saboteadores de intentar obstruir la votación para unificar la dividida nación. El Consejo de Seguridad apoyó las acusaciones de su diplomático y afirmó que cualquier individuo o grupo que socavara el proceso electoral podría enfrentar sanciones de las Naciones Unidas.