El presidente de Estados UnidosJoe Biden, ha colocado en lo más alto de sus prioridades la lucha por garantizar el derecho al voto, que tanto él como el Partido Demócrata y numerosos observadores y analistas denuncian bajo asalto del Partido Republicano no ya solo en Washington, sino sobre todo a nivel estatal. Este martes el mandatario trata de demostrarlo con un discurso en el estado de Georgia, una intervención en la que según avanzaron fuentes de la Administración tenía previsto respaldar públicamente, sin ambages y con detalles un cambio en las reglas del filibusterismo, no pidiendo su anulación completa pero sí alteraciones específicas para reforzar las protecciones al sufragio.

La de Biden es una apuesta arriesgada. Con una exigua mayoría de 50 votos más el de la vicepresidenta Kamala Harris en el Senado, al menos dos senadores demócratas, Joe Manchin y Kyrsten Sinema, han mostrado su rechazo frontal a cambiar esas reglas. Y el mandatario no tiene garantizado poder sacar adelante ni la enmienda del 'filibuster' que el líder del Senado, Chuck Schumer, ha asegurado que se votará como muy tarde el lunes 17, día dedicado a Martin Luther King , abriendo la puerta a las votaciones de dos propuestas de ley sobre derechos de voto.

“En los próximos días, cuando estas propuestas se sometan a voto, se marcará un punto de inflexión en este país”, dirá Biden según un extracto de su discurso adelantado a la prensa, en el que resuenan ecos del discurso que dio la semana pasada en el primer aniversario del asalto al Capitolio. “¿Elegiremos la democracia sobre la autocracia, la luz sobre la sombra, la justicia sobre la injusticia?”, añade. Antes de embarcar rumbo a Atlanta ha recordado a los senadores que enfrentarán “el juicio de la historia”.

Cuestionado por activistas

Los republicanos se han lanzado a un asalto feroz preventivo del discurso de Biden y de cualquier intento demócrata de alterar el filibusterismo pero no son las lógicas y habituales críticas conservadoras las únicas preocupaciones que debe tener el mandatario. Una coalición de influyentes activistas y organizadores comunitarios en Georgia han rechazado acudir a los actos en Atlanta del presidente y la vicepresidenta, que han tildado de “una pérdida de tiempo”. Se denuncia como un inútil ejercicio retórico que no llega acompañado de un plan específico para sacar adelante las dos propuestas de ley que luchan contra la supresión de voto: la Freedom to Vote Act y otra bautizada en honor al fallecido congresista y luchador por los derechos civiles John Lewis, que reinstauraría protecciones contra la discriminación que se instauraron en 1965 y en 2013 eliminó el Tribunal Supremo.

“En vez de discursos el Senado debería votar”, denunció la coalición en un comunicado conjunto el lunes. “Lo que necesitamos, en vez de una visita del presidente, la vicepresidenta y los legisladores es que la Casa Blanca y el Senado se queden en Washington y actúen inmediatamente para aprobar legislación federal que proteja nuestra libertad para votar”, declararon.