Boris Johnson no tiene intención de dimitir y prepara una campaña para recuperar el liderazgo tras los escándalos de las fiestas en Downing Street durante la pandemia. El primer ministro británico ultima una batería de medidas, muy del gusto de los diputados conservadores, que tienen en sus manos el mecanismo interno para cesarle. Pero es dudoso que los ciudadanos perdonen u olviden. Un 40% de los simpatizantes de base del Partido Conservador cree que Johnson debe marcharse.

La que ha sido bautizada como 'Operation Red Meat' (Operación Carne Roja) incluye el despliegue de fuerzas armadas en el Canal de la Mancha para combatir la inmigración ilegal. Navíos de la Royal Navy podrían reforzar a la Border Force encargada del control fronterizo. La ministra del Interior, Priti Patel, confirmó en la Cámara de los Comunes la petición al Ministerio de Defensa. El Gobierno británico estaría en contacto con las autoridades de Ghana y Ruanda para enviar a esos países africanos a los extranjeros que están pendientes de que se resuelva su petición de asilo. Preguntado sobre el particular, un portavoz oficial de Johnson no negó tal extremo, sin entrar en materia. "Obviamente no ayuda el hablar de unas discusiones en marcha con algunos países".

Otras medidas que Johnson planea para el lavado de imagen pasarían por hacer limpieza en Downing Street cesando a algunos miembros de su equipo, así como la imposición de nuevas normas sobre el límite de alcohol a consumir por el personal que allí trabaja. En esa lista de chivos expiatorios estaría su secretario privado, Martin Reynolds, autor del correo invitando a un centenar de personas a una fiesta en el jardín en mayo del 2020.

Asfixiar a la 'BBC' 

La campaña de blanqueo para salvar la 'carne roja' de Johnson también apunta contra la 'BBC', acusada por los conservadores de ser tendenciosa e inclinarse hacia la izquierda. La ministra de Cultura, Nadine Dorries, ha advertido en Twitter de que el sistema actual de pago anual obligatorio de una cuota para financiar la televisión pública concluirá en 2027. El modelo está actualmente en proceso de debate y revisión. El portavoz de Johnson negó que el anunció sea una treta para desviar la atención de la precaria situación que atraviesa el primer ministro. Johnson también evalúa anunciar el fin de todas las restricciones por el covid el próximo 27 de enero en Inglaterra, algo que sin duda complacería a los ultraliberales conservadores para quienes ha sido siempre prioritaria la economía durante la pandemia.

El 'premier', que desde el pasado miércoles había desaparecido de escena por el contagio de un familiar, se dejó ver por primera vez corriendo con su perro, mientras algún miembro del Gobierno hacía la ronda de radios y televisiones disculpando al jefe. El ministro de Educación, Nadhim Zahawi, afirmó en la 'BBC' que Johnson "siente el dolor" del público por la impresión que han dado las últimas revelaciones. Argumentó que el primer ministro es "humano" y ya ha pedido perdón por su "error" cuando inadvertidamente participó en una fiesta en mayo del 2020, que confundió con un encuentro de trabajo. En defensa de Johnson, con esa misma e inocente versión de lo sucedido, salió también a la palestra su hermana, Rachel, en la emisora LBC. 

Nuevo incidente

La campaña para mantener al primer ministro en el puesto se topó con nueva piedra en el camino. Otra alegación de haberse saltado las normas. Johnson habría asistido a la despedida del que fuera su asesor de Defensa, el capitán Steve Higham, poco antes de la Navidad de 2020, periodo bajo estrictas restricciones. Johnson habría pronunciado incluso unas palabritas.

Sue Gray es la alta funcionaria encargada de investigar fiestas, recepciones, eventos y demás encuentros jocosofestivos ocurridos en Downing Street y otras dependencias ministeriales. Gray debe presentar las conclusiones en los próximos días a su jefe, el primer ministro, quien no está obligado a publicarlas íntegramente.