La crisis bélica entre Ucrania y Rusia ha obligado a casi todos en Europa a tomar partido. Hay, sin embargo, una excepción notable. La Turquía de Recep Tayyip Erdogan se resiste a posicionarse. Y no solo eso: el presidente turco se ha ofrecido personalmente para mediar entre Volodímir Zelenski y Vladímir Putin, sus homólogos ucraniano y ruso. Los dos líderes han dado la bienvenida a la iniciativa, aunque Rusia no se mostró muy entusiasmada por la idea. 

Erdogan tiene previsto viajar este jueves a Kiev para reunirse con Zelenski y se espera que a finales de mes Putin viaje a Ankara.

El presidente turco lleva años cultivando esta posición equidistante respecto a los dos países eslavos. El líder turco presume de tener muy buena relación personal con ambos presidentes -a Putin incluso le llama amigo y hermano cuando se reúnen- y, mientras le vende sus drones y armamento a Ucrania -algo que molesta a Rusia-, negocia con Moscú el futuro de los conflictos de Libia y Siria, además de firmar acuerdos armamentísticos, turísticos y de energía, vitales para Turquía.

"Desde 2016, Erdogan se ha vanagloriado de su habilidad de jugar con Rusia en contra de la OTAN para obtener concesiones de parte de sus aliados en la alianza transatlántica. La crisis ucraniana, sin embargo, pone la estrategia del presidente turco en peligro, porque le dificulta el hacer equilibrios entre bandos", explica a este diario Aykan Erdemir, antiguo parlamentario turco y director del programa dedicado a Turquía en el think tank estadounidense FDD.

"Una escalada de esta crisis en Ucrania podría resultar en pérdidas en ambos lados de la balanza para una Turquía que no es capaz de tomar una posición clara. Esta es una de las razones por las que Erdogan se ha ofrecido para mediar entre Rusia y Ucrania", añade este exdiputado.

Vasos comunicantes

Turquía quiere evitar, como sea, que Kiev y Moscú vayan a la guerra. "Si el conflicto estalla, Ankara tendrá que tomar decisiones difíciles, especialmente sobre si permitirá que esté abierta la ruta marítima del estrecho del Bósforo. En este caso, para Ankara será esencial evitar cualquier confrontación con Moscú", escribe en el medio 'Al Monitor' el analista turco Fehim Tastekin.

"El Gobierno de Erdogan tiene una larga lista de intereses que considerar, incluyendo la estabilidad en el estrecho y el mar Negro, la planta nuclear de Akkuyu en el sur de Turquía, que construye Rusia; las importaciones de gas; los turistas rusos y ucranianos; el mercado ruso donde se exportan frutas y verduras turcas; los proyectos en Rusia de constructoras turcas… Ante los problemas económicos turcos, todos estos factores son cruciales para Ankara", explica Tastekin.

Y habría otro más, uno que el Ejecutivo de Ankara quiere evitar a toda costa. Turquía podría no solo sufrir económicamente. La guerra en Siria vive congelada desde hace dos años, tras el alto el fuego que Erdogan y Putin firmaron en invierno de 2020. Turquía y Rusia apoyan a actores enfrentados en el conflicto sirio: Ankara a la oposición armada y Moscú al régimen de Asad

Si Putin quisiese castigar a su homólogo turco por su posición en el conflicto con Ucrania, la guerra en Siria podría reactivarse en cualquier momento, lo que podría desencadenar una nueva ola migratoria hacia la frontera turca.