La Unión Europea ha aprovechado la ministerial de la OTAN en Bruselas para convocar a los ministros de Exteriores a una nueva reunión extraordinaria y hacer balance con el secretario de estado estadounidense, Antony Blinken, de las sanciones impuestas a Rusia hasta ahora y analizar nuevas posibles medidas. "Juntos vamos a preparar el camino para imponer las sanciones más drásticas, un paquete total, como nunca se ha adoptado", ha indicado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, al término del encuentro. El representante estadounidense, por su parte, ha pedido a la UE que mantenga la respuesta.

Según Borrell, lo importante ahora es aplicar las sanciones aprobadas la última semana aunque ha admitido que ya reflexionan sobre nuevas posibles sanciones. Sobre la mesa: desde cerrar los puertos europeos a los barcos rusos hasta la ampliación de la lista de bancos expulsados del sistema de comunicación de pagos SWIFT, la inclusión de más oligarcas cercanos al presidente ruso en la lista de sanciones o la reducción de las compras de gas ruso, que exporta a la UE el 40% de lo que consume con un coste diario millonario que supera los 600 millones de euros al precio actual.

Aislamiento

"Ha habido un intercambio de ideas sobre las posibilidades de reaccionar con más fuerza pero no ha habido decisiones", ha explicado Borrell al término del encuentro. "Lo importante es implementar el paquete aprobado" aunque "estamos estudiando nuevas sanciones", ha añadido sobre una estrategia que busca aislar internacionalmente y debilitar la economía rusa pero no provocar la caída del régimen de Vladímir Putin. "Las sanciones no son para provocar un cambio de régimen en Rusia. Han sido activadas por la guerra y el objetivo es debilitar la economía rusa, hacer que la economía rusa sienta las consecuencias y reforzar la posición de los ucranianos", ha explicado Borrell a preguntas de los periodistas. 

El político europeo también ha dejado claro que no pedirán al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que se rinda, abandone Kiev o deje de luchar. "Es la guerra de Putin y solo Putin puede ponerle fin", ha insistido ante una guerra lanzada por Putin "no por los rusos", que no es una batalla entre este oeste ni un "remake de la Guerra Fría". En lo que no ha querido entrar la UE es en la petición de Kiev de instaurar una zona de exclusión aérea en Ucrania. "Cuando decides eso significa que estás dispuesto a hacerlo utilizando la fuerza, enviando aviones para garantizar que no se viola. Es algo que no puede decidir el Consejo de ministros de Exteriores. Es una cuestión de la OTAN", se ha desvinculado.