Rusia está redoblando sus esfuerzos para censurar internet y aislar cada vez más a sus ciudadanos. Entrados en la tercera semana desde que declarase la guerra a Ucrania e iniciase la invasión militar de su territorio, el Kremlin ha acelerado una serie de medidas para restringir el acceso a la información en el país y controlar así el relato sobre el conflicto.

Este viernes, una fuente confidencial aseguró a la agencia RIA Novosti, controlada por Moscú, que las autoridades podrían bloquear el acceso a Youtube durante la próxima semana. La fuente citada sería cercana al Roskomnadzor, el organismo ruso que regula las telecomunicaciones y que ha acusado a la mayor plataforma de vídeo del mundo de llevar a cabo "acciones de carácter terrorista" debido a la distribución de "vídeos antirrusos". Con ello también se refieren a la decisión de Youtube, propiedad de Google, de bloquear en todo el mundo los vídeos de medios financiados por el Estado ruso.

Esta no es la única medida adoptada por el Kremlin para reprimir la disidencia y cortar sus canales comunicativos digitales. Así, desde el inicio de la guerra se ha bloqueado el acceso a Facebook y a Instagram, etiquetadas como plataformas "extremistas", y se ha restringido el acceso a Twitter. Junto a Youtube, TikTok es la única gran red social que sigue operando en el territorio ruso, aunque esta última ha limitado hasta un 95% del contenido internacional que ven sus usuarios.

Represión digital

La desconexión digital del pueblo ruso se ha acentuado los últimos días con el cierre forzado de medios nacionales independientes y del éxodo de medios internacionales, que han huido de Rusia tras la aprobación de una ley que castiga con penas de hasta 15 años de cárcel a quienes difundan "noticias falsas", un concepto con el que el Kremlin puede perseguir a la disidencia.

Todo esto ha llevado a cada vez más ciudadanos rusos a utilizar VPN, redes de conexión privada que permiten acceder de forma más segura a las redes sociales y a las páginas web prohibidas por el Gobierno como si lo hiciesen desde otros países, esquivando así la vigilancia y la censura impuesta por Vladímir Putin. Hasta el 10 de marzo, las descargas de las diez VPN más populares habían aumentado un 4.375%. Al 14 de marzo las cifras se habían disparado hasta el máximo histórico de un 11.253%, según Atlas VPN.

Sin embargo, el acceso a información alternativa a la "operación militar especial" -eufemismo con el que nombra la invasión de Ucrania- también molesta al Kremlin. Es por ello que el Roskomnadzor ya ha bloqueado una veintena de servicios de VPN, algo que seguirá haciendo. "Cada día se bloquean VPN, no es una tarea sencilla, pero se está cumpliendo", explicó el pasado martes Alexander Khinshtein, presidente del Comité de Política de la Información de la Duma Estatal, la cámara baja rusa. Moscú habría incluso forzado a Google a dejar de enlazar más de 36.000 direcciones vinculadas a servicios de VPN para evitar que los rusos vayan más allá de la versión oficial, según un informe de la compañía de ciberseguridad Surfshark.