Argentina reivindicó este sábado la soberanía sobre las islas Malvinas, en poder de Gran Bretaña, honró a quienes "lucharon incansablemente en el Atlántico Sur" a pesar de los graves errores de la dictadura militar en la guerra de 1982, y, además, llamó a Londres a buscar una resolución "pacífica" de un diferendo que se remonta a 1833. "Malvinas nos une, jamás cederemos en nuestros reclamos", dijo el presidente Alberto Fernández durante el acto principal a cuatro décadas del fallido intento de recuperación del archipiélago, e instó al Reino Unido a que "cumpla con la Resolución 2065 de la ONU, que desde 1965 recomienda a ambas partes sentarse a negociar la cuestión".

 Acompañado de los expresidentes Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay) y José Mugica (Uruguay), Fernández conecto aquella conflagración de 74 días en el mar austral con el presente. "Pasaron 40 años y el mundo se conmueve por la guerra en Europa". El mandatario aseguró que Malvinas es una causa nacional que excede las responsabilidades de la dictadura. “En esos días se tomó la decisión por parte de un puñado de facinerosos del que no se podía esperar nada bueno", señaló en relación a la tentativa de ocupación, tres días después de la protesta social más importante contra el régimen castrense. Según Fernández, con el correr de los días "se hizo evidente el intento de manipulación" por parte de los militares. A pesar de eso, "nuestros soldados, con pocos medios pero mucho coraje y el apoyo del pueblo defendieron una tierra usurpada en una guerra absolutamente desigual". A lo largo del enfrentamiento, fallecieron 650 argentinos, casi el doble que su contraparte británica

Fernández repudió especialmente al presidente de facto, el ex general Leopoldo Galtieri, y a los otros miembros de la Junta Militar, que tomar la decisión de ocupar las islas. El presidente se refirió en ese sentido a "las torpezas de quienes condujeron la guerra". Esos uniformados "desprestigiaron a las Fuerzas Armadas" y "forman parte de un pasado al que no queremos volver". A su criterio, el reclamo de "Nunca Más", asociado desde 1984, en plena transición democrática, al conocimiento de la dimensión de las violaciones a los derechos humanos, con su saldo de miles de desaparecidos, "lo extendemos también a nuestros héroes para que nunca más caigan en el silencio por parte de ningún Gobierno". Más allá de la crítica a los jerarcas, Fernández reivindicó a "los oficiales que pelearon dignamente en Malvinas", y mencionó en especial al exgeneral Martín Balza, quien llegó a conducir el Ejército diez años después del conflicto.

La palabra de Cristina Kirchner 

"La patria no es una cuestión de ideología. La patria se defiende de todos lados, de derecha de izquierda, de abajo, del centro", dijo, por su parte, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en otra ceremonia realizada en el Congreso. Ella también conectó los sucesos de Malvinas con la actual crisis en Europa tras la invasión rusa a Ucrania. Según Fernández de Kirchner, en la actualidad "vemos que el derecho internacional se aplica en forma selectiva, donde las grandes potencias en el Consejo de Seguridad (de la ONU), con silla permanente y derecho a veto, aplican el derecho si les conviene". Argentina, sostuvo, fue víctima de esa misma lógica en 1982 cuando reclamó, al inicio de las hostilidades con Gran Bretaña, que la Organización de Estados Americanos (OEA) aplique el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), diseñado durante la Guerra Fría, "y que obligaba a todos los países del continente a salir en defensa cuando éramos agredidos en nuestro territorio por una potencia extra americana”. Sin embargo, “nada de eso sucedió, porque el mundo y la geopolítica no se divide entre los buenos y malos. Eso es para Netflix".

Un tercer acto tuvo lugar en Ushuaia, la ciudad más austral de Argentina, en la provincia de Tierra del Fuego, donde la cuestión Malvinas tiene especial significación. Allí llegaron después del 2 de mayo los sobrevivientes del hundimiento del General Belgrano. El ataque británico, fuera de la zona de exclusión, provocó 350 muertos.

Mensaje a Londres

Por su parte, el ministro de Exteriores, Santiago Cafiero, publicó una columna en el diario inglés The Guardian, para sentar la posición del actual Gobierno. "La Argentina no es una amenaza", señaló. "El aniversario del conflicto en el Atlántico Sur nos llama a rendir homenaje y honrar la memoria de los soldados argentinos y británicos caídos. Asimismo, debería servir de invitación para reflexionar sobre la razón por la cual, transcurridos 40 años del cese de las hostilidades, Argentina y el Reino Unido no han podido retomar el diálogo de fondo".

 Argentina y Gran Bretaña, "constituimos democracias vigorosas, con importantes economías". El país sudamericano y la Corona colaboran "en cuestiones fundamentales de la agenda internacional, tales como la pandemia y la protección de los derechos humanos y, sobre todo, compartimos valores fundamentales y la visión de un orden mundial basado en reglas". No obstante, "en la agenda del Atlántico Sur, nos comportamos como si el conflicto hubiera sido ayer".