En 2014, Rusia se anexionó Crimea coincidiendo con el Euromaidán de Ucrania. Desde entonces, este territorio es en punto de disputa territorial y uno de los grandes detonantes de la actual invasión. En los últimos días, la Inteligencia ucraniana acusó a las autoridades rusas de planear la adhesión del sur del país a esta península.

Para la comunidad internacional, la región es ucraniana, pero la administración de facto es rusa. En este proceso, el fútbol ha jugado un papel fundamental. La Liga Premier de Crimea, auspiciada por la UEFA, fue uno de los primeros símbolos que abrieron la puerta a un nuevo estatus. 

Mientras que el conflicto actual provocó la suspensión de cualquier evento deportivo en Ucrania y obligó al exilio a los principales equipos, en Crimea sigue jugándose con total normalidad el campeonato local. Una suerte de torneo amateur compuesto mayormente por deportistas locales que, al igual que el territorio donde se disputa, está en un limbo legal.

Sus jugadores siguen teniendo pasaporte ucraniano y la Unión del Fútbol de Rusia no la ha integrado en su sistema de ligas debido a las multas que ello conllevaría por parte de la FIFA. Aunque con el actual contexto de exclusión de los conjuntos rusos del panorama internacional, reforzado con las últimas sanciones, la suma de la Liga Premier de Crimea puede ser otro golpe geoestratégico para reforzar la influencia en la región.

Mientras Rusia ambiciona con establecer un control total sobre la región del Donbás y el sur de Ucrania, buscando un corredor terrestre hacia Crimea, el torneo local sigue disputándose como si a sus puertas no existiera un conflicto que está poniendo en jaque la estabilidad continental. El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, + se puso en contacto con la organización de la Liga Premier de Ucrania y el FC SKChF Sevastopol, uno de los equipos más destacados. Fue por medio de dos correos en inglés para los que no obtuvo respuesta. En la siguiente ronda de contactos, redactada en ruso, la organización envió una réplica enlazando a artículos oficiales.

Exilio del Shakhtar

En 2014, el fútbol fue uno de los sectores en los que mejor se ejemplificó el conflicto. La invasión de Crimea, así como de las regiones del Donbás, desplazó forzosamente a los clubes que eran locales en esas zonas. El caso más destacado fue el del Shakhtar Donetsk, el equipo ucraniano más laureado en los últimos tiempos, que llegó a conquistar la Europa League en la temporada 2008/09.

“Tras el Euromaidán, los rusos ocuparon ilegalmente el Donbás, lo que obligó al Shakhtar a iniciar un periplo. Primero, se mudaron a Kiev, después a Lviv, al este, a más de mil kilómetros de su sede, el Donbass Arena y finalmente, en 2017, cambiaron de sede a Járkov”, cuenta a este diario Andrew Todos, periodista ucraniano con sede en Londres que narra a través de su cuenta Zorya Londonsk todas las derivadas deportivas del conflicto. 

Este continuo deambular del equipo minero (sobrenombre con el que se conoce) “ha provocado un enorme desgaste psicológico en los jugadores. Aunque también le ha permitido sumar aficionados de otras partes del país. Antes del conflicto eran mayormente un equipo con seguidores en el Donbás”. El otro gran equipo de la región, el Zorya Lugansk, se trasladó a Zaporiyia. “Curiosamente, este club, cuyo mayor éxito hasta entonces había sido ganar la Primera División de la URSS en 1972, ha firmado en los últimos años, en los que ha jugado desplazado, sus mejores resultados, clasificándose rutinariamente para Europa”, añade el periodista. 

En Crimea también se produjo la fuga de equipos como el Simferopol o el Sevastopol, pero a diferencia de lo que sucedió con las escuadras del Donetsk y Lugansk, estas entidades se refundaron en territorio prorruso como parte de una nueva competición: la Liga Premier de Ucrania. 

Amparo de la UEFA

“En 2014, nuestro equipo empezó a jugar en la zona sur de la Continental Football League (una competición de países exsoviéticos) hasta que Ucrania presentó una reclamación, aceptada por parte de la UEFA. Nos tuvimos que retirar por culpa de las sanciones. El organismo europeo decidió crear entonces una ‘zona especial de fútbol’ y celebrar la Liga Premier de Crimea, bajo el control de la Unión de Fútbol de Crimea que contó con el amparo de la propia UEFA”, explica Valery Chaly, director general del FC SKChF Sevastopol en una entrevista oficial suministrada a este periódico como respuesta a la pregunta sobre cómo surgió la competición. 

Desde entonces, la competición se ha disputado de modo ininterrumpido con ocho equipos en una primera división y otros tantos en una segunda. Entre el refundado Sevastopol, el Simferopol y el Yevpatoriya se ha repartido el dominio de un torneo que se ha convertido en una exhibición propagandística. Son habituales los mítines previos en los que se acusa a la UEFA y a Ucrania de “un genocidio futbolístico” contra Crimea. La justificación de esta afirmación está en la limitación de jugadores de los equipos, que solo pueden disponer de locales, además de la imposibilidad de los equipos crimeos para competir en el sistema ruso.

“El principal problema que sufren los futbolistas que nacieron en Crimea y Sevastopol es que siguen siendo ucranianos a ojos del sistema de registro de la UEFA. Por lo tanto, si quieren jugar en Rusia se les considera extranjeros. Imaginad que nuestros futbolistas pudieran competir en, por ejemplo, la segunda rusa. Tendríamos mucho más nivel, pero las escuadras de esta categoría únicamente pueden tener a cinco extracomunitarios. No entendemos cómo estos futbolistas rusos no pueden tener pasaporte ruso estando en territorio ruso”; defiende Valery Chaly, director general del FC SKChF Sevastopol en un discurso donde no hay ninguna mención a Ucrania. 

En los últimos años se llegó a plantear una competición conjunta con los territorios de Donetsk y Lugansk, algo que rechazó la Unión de Fútbol de Crimea. “¡De ningún modo! Y menos teniendo en cuenta lo que está sucediendo actualmente en Ucrania”, contesta tajante el ahora directivo, pero antes exjugador y exentrenador, entre otros, del Rubin Kazán. La guerra ha socavado temporalmente sus aspiraciones de integrarse en el sistema ruso, pero podría abrirlas en un futuro cercano, como consecuencia de una acción geopolítica. Por el momento, lo único que aceptarían los equipos crimeos son “amistosos por cuestión humanitaria”.

Apoyo a Putin

“Nos dicen: '¿Por qué no contactan con Vladímir Putinn o Vitaly Mutko (presidente de la Unión de Fútbol de Rusia)?' Creo que el presidente tiene ahora mismo asuntos más importantes que resolver. Rusia nos ha apoyado, desarrollando el fútbol como en otras regiones, pero no es suficiente”, reclama Chaly, quien pide un mayor compromiso a los órganos rectores del país que ha invadido Ucrania. 

La posición del director general del FC SKChF Sevastopol respecto a la invasión rusa está clara. “Apoyo totalmente la decisión de nuestro Comandante en Jefe, el presidente ruso Vladímir Putin. Sé lo que es Ucrania, sé cuál es la situación allí”, zanja uno de los pesos pesados del fútbol de Crimea, sin ningún tipo de ambigüedad. De ahí que su posición sea tajante respecto a los pasos a seguir para el deporte en la península ocupada. 

“¡Va siendo hora de dejar de acatar las sanciones de Occidente! Tanto de la UEFA como de la FIFA. Somos ciudadanos rusos. Crimea debería estar en el fútbol ruso. Era comprensible que en 2014 la Unión de Fútbol de Rusia no quisiera arriesgar, pero después de las sanciones que han impuesto a los clubes y a la selección, ¿qué puede pasar?”, presiona el directivo, que acusa a la entidad que preside Aleksander Ceferin de “propagandista” y de haber dejado desamparada la federación, a la que habrían prometido un estatus similar a Kosovo. 

Entretanto, la Liga Premier de Ucrania camina hacia el final de la temporada como si nada sucediera, el Shakhtar y el Dinamo de Kiev están inmersos en un tour benéfico para paliar las consecuencias de la guerra, jugadores en activo de la Premier de Ucrania como Andriy Bogdanov están en el frente y los técnicos de la selección hacen peripecias para poder configurar el plan de preparación de la repesca para el Mundial de Catar. El equipo que dirige Oleksandr Petrakov, quien se negó a huir de Kiev, se jugará el 1 de junio en Hampden Park (Glasgow) ser finalista de su eliminatoria y luchar por una plaza contra Gales. 

“Estamos totalmente en contra de una clasificación por compasión. Queremos ganarlo en el campo. Sería una enorme alegría para nuestro pueblo. Creo firmemente que tenemos posibilidades pese a la situación que estamos viviendo”, sentencia Andrew Todos, consciente del poder del fútbol como arma y condicionante del conflicto: “Clasificarnos para el Mundial sería un auténtico golpe de efecto mediático y social para Ucrania”.