Finlandia ya no es un país no alineado. Ante la mirada estupefacta de Rusia, el presidente y la primera ministra se han pronunciado a favor del ingreso del país nórdico en la OTAN. Este posicionamiento es un requisito indispensable para continuar con el proceso de adhesión que, según la presidencia del país, será anunciado oficialmente el domingo. Suecia observa de cerca ya que, si no hay contrariedades, acompañará al país hermano en la entrada en la Alianza Atlántica. El Kremlin ha reaccionado de inmediato a la "amenaza" y ha advertido de que se verá obligada a adoptar "medidas de respuesta tanto técnico-militares como de otra clase con el fin de contrarrestar las amenazas que han surgido para su seguridad nacional", tal y como refleja un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.

La invasión rusa de Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero, hizo saltar por los aires la histórica neutralidad de los dos países nórdicos, atemorizados por la posibilidad de que el gigante ruso, con el que comparten fronteras, pudiera iniciar un ataque militar, al estilo del que ha llevado a cabo en territorio ucraniano.

"Ser miembro de la OTAN reforzaría la seguridad de Finlandia. Como uno de sus miembros, Finlandia reforzaría también a la Alianza en su conjunto. Finlandia debe ser candidata a la adhesión sin demora", han suscrito en un comunicado común el presidente, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna Marin. Aunque previsible, ambos mandatarios habían mantenido su postura fuera del debate público para no influir en sus conciudadanos. "Hemos necesitado tiempo para que el Parlamento y toda la sociedad establezcan sus posiciones al respecto. También para establecer estrechos contactos internacionales con la OTAN y sus países miembros, así como con Suecia. Hemos querido darle a la discusión el espacio que requería", han señalado.

"Contra nadie"

Tras las reiteradas amenazas de Rusia si decidían unirse al bloque atlántico, el presidente finés ha recalcado que la decisión no va "contra nadie", en clara referencia a Moscú. "Si queremos maximizar nuestra seguridad, significa maximizar la defensa de nuestro país", ha explicado Niinisto durante una rueda de prensa, agregando que "nadie puede ofenderse si alguien quiere defenderse". El mandatario ha denunciado que Rusia ha decidido tratar de quitarle el poder de decisión a Finlandia en su propia defensa exigiendo que la Alianza Atlántica no se expanda más hacia el este. "Si decidimos unirnos (a la OTAN), una posible respuesta podría ser que usted causó esto. Mírese en el espejo (Putin)", ha dicho Niinisto . 

Los dos países nórdicos llevan cooperando con la OTAN desde 1994 en el marco de la Asociación para la Paz. Participan en entrenamientos y ejercicios conjuntos y ya han contribuido a algunas operaciones de la OTAN en Afganistán y los Balcanes.Helsinki y Estocolmo también aportarían importantes capacidades militares. Finlandia sólo tiene 12.000 soldados profesionales en su Ejército. Pero entrena a más de 20.000 reclutas al año y puede contar con un ejército de guerra de 280.000 soldados con capacidad de combate, más otros 600.000 reservistas, una fuerza excepcional para una nación europea. El Ejército sueco cuenta con unos 50.000 soldados. El servicio militar obligatorio, abolido en 2010, se reintrodujo parcialmente en 2017. Y aunque Suecia ha desinvertido mucho en defensa en los últimos 30 años, pasando del 2,6% del PIB en 1990 al 1,2% en 2020, empezó a invertir la tendencia tras la anexión rusa de Crimea en 2014.

"Un buen aliado"

Desde Bruselas, el ministro de exteriores finés, Pekka Haavisto, considera que la invasión rusa de Ucrania ha alterado profundamente el entorno de seguridad tanto en la UE como en Finlandia y que ha llegado el momento de que su país tome una decisión sobre la incorporación a la OTAN. "Hasta ahora no contábamos con apoyo popular pero esta primavera ha cambiado todo. La gente se siente amenazada por el uso de las armas no convencionales, porque por mucha defensa convencional que uno tenga no basta y se considera necesaria una mayor colaboración”, ha explicado durante una comparecencia ante la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo prevista hace meses para hablar sobre el Ártico pero que ha terminado centrándose en la situación de seguridad en Europa y en la adhesión a la Alianza Atlántica, informa Silvia Martínez.

Según Haavisto, aunque su país, que comparte una frontera terrestre con Rusia de más de 1.300 kilómetros, no se enfrenta a "una amenaza directa e inminente", la invasión lanzada por el Kremlin ha abierto un profundo debate nacional sobre el impacto de la guerra en su seguridad. "Hay cinco cuestiones que han cambiado a partir del 24 de febrero y la primera es el comportamiento imprevisible de Rusia. Parece que está dispuesta a llevar a cabo operaciones de alto riesgo para la propia Rusia y que daría resultado en un alto número de víctimas”, ha explicado apuntando también a otros elementos como la presión de Rusia a los países vecinos con el despliegue de tropas, el posible uso de armas nucleares o químicas o el hecho de que no respeta las reglas de la guerra, tal y como ponen de manifiesto los crímenes de guerra cometidos y en camino de ser investigados.

Todos estos elementos, estima el representante finés, ha calado en la opinión pública de su país y acelerado el debate sobre una adhesión que estaba sobre la mesa desde hace años. "El 70% de la opinión publica está a favor y los grupos políticos finlandeses se han hecho eco”. Según ha dicho, si su país se adhiere a la Alianza Atlántica contribuirá a estabilizar la zona del Báltico y el norte de Europa y será un “buen aliado”.

El próximo paso es que el resto del Gobierno de coalición y el Eduskunta (Parlamento) den su respaldo oficial para formalizar la solicitud, que posteriormente deberán aprobar los 30 países de la OTAN.