La entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN llegará a tiempo para la cumbre de la organización en Madrid, y los problemas con Turquía se solucionarán. De eso se muestra “absolutamente convencido” Miguel Fernández-Palacios, el embajador Representante Permanente de España en el Consejo de la Alianza. 

Fernández-Palacios se expresaba así este jueves en una conferencia ante decenas de militares y diplomáticos para presentar el libro “el futuro de la OTAN tras la cumbre de Madrid 2022”, del Instituto Español de Estudios Estratégicos. 

El embajador español arrancaba mencionando las dificultades que surgieron este miércoles con Turquía en la reunión del Consejo, después de que el representante de Ankara vetara la aceptación de las solicitudes presentadas por Finlandia y Suecia para iniciar su adhesión, en contra del resto de los 30 aliados. “Las cosas se van a arreglar”, exponía el embajador, que cree que “todo se cerrará antes de la cumbre de Madrid”.

Finlandia y Suecia, subrayaba Fernández-Palacios, son dos grandes defensores de la democracia y del imperio de la ley. “Son proveedores de seguridad y sus tropas son interoperables con las nuestras. Es un gran momento de la Alianza”, dijo. El proceso de adhesión cree que va a ser corto, pero con una carga política enorme: ambos han abandonado su proverbial neutralidad. 

Concepto estratégico de la OTAN

En el encuentro en Madrid se ha hablado de cómo será el Concepto Estratégico, el plan para la próxima década de la Alianza Atlántica, que debe salir de la cumbre internacional que se va a celebrar en la capital española el 29 y 30 de junio. 

“Si para la OTAN el Tratado de Washington (por el que se constituyó la OTAN en 1949) es como la Biblia, los Conceptos son nuestros catecismos. Ahora tenemos que adaptar el de Lisboa de 2010 teniendo muy en cuenta lo ocurrido tras el 24 de febrero”, afirmaba el embajador en referencia a la invasión de Ucrania. “Las viejas amenazas han vuelto, y las nuevas están ahí (el ciberespacio, la desinformación, China y un terrorismo que cambia de cara pero sigue ahí)”. 

Para el teniente general Fernando López del Pozo, director general de Política de Defensa, tanto el próximo Concepto Estratégico de Madrid como la Brújula Estratégica de la Unión Europea tendrán impacto en las Fuerzas Armadas españolas, pero en el largo plazo. Los ejércitos y las armadas, dijo, “se mueven con lentitud”, y nunca dejan de usar las herramientas y los métodos que han ido empleando en la historia, siquiera renovados. La invasión rusa de Ucrania ha dejado claro, por ejemplo, que es necesario tener fuerzas en la frontera este y que la guerra clásica sigue estando presente. Pero no hay que olvidar lo que ha llamado “espacio ultraterrestre” (por ejemplo, los satélites) y el “ciberespacio”. 

Y la OTAN debe reforzar su “flanco sur”, el Magreb, norte de África y Sahel. “Vemos a los rusos en Malí, en República Centroafricana, en una ‘dirección de ataque’ que no es donde se les esperaba, por el sur”. Y emprendiendo una guerra híbrida que incluye la competición energética: el uso del gas como arma de presión. 

Pere Vilanova, catedrático de la Universidad de Barcelona e investigador de Geopolítica del CIDOB de la Universidad de Barcelona, también se refirió en la misma conferencia a la posibilidad de que Turquía vete a Finlandia y Suecia. “Soy muy escéptico con que Turquía vete nada. En la OTAN, ni se veta ni se vota”, dijo.

El coronel Ignacio Fuente Cobo desgranó los posibles futuros de la Alianza Atlántica: puede orientarse más hacia Asia, como empezó a impulsar el presidente estadounidense Barack Obama, o reenfocarse en el este de Europa y dejar a un lado la gestión de crisis (como han sido las dos décadas de intervención y reconstrucción de Afganistán), que ha sido dominante hasta ahora y pasaría a ser complementaria. 

“La guerra de Ucrania ha agrupado a los socios en torno a la bandera de la OTAN. El escenario más plausible es que se refuerce su papel como alianza de defensa colectiva”, dijo. “La gestión de crisis ha dado escasos resultados en Afganistán o Libia”, por lo que el escenario más probable es que se camine hacia una OTAN más política, que delegue tareas menos militares en otras instituciones, como la Unión Europea, “que parece estar demandando este tipo de misiones en la Brújula Estratégica”: ciberdefensa, estabilización de territorios del sur de Europa, dejando el este para la OTAN…

Otro escenario verosímil y que quizá adquiera una relevancia, por encima de Rusia, es el de que se coloque a China en el centro de las preocupaciones de la Alianza. La OTAN “se convertiría en un arma para contener a China”. Se potenciaría el mecanismo del partenariado para sobrellevar relaciones de seguridad con aquellos países que comparten valores e intereses, como Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda o Japón, ha dicho. El inconveniente es que se agravarían las tensiones entre los socios de la OTAN, fundamentalmente los europeos. La Unión Europea aprobó un comunicado (Londres, 2019) en el que se definió a China como una fuente de desafíos, pero también de oportunidades. El mundo anglosajón, sobre todo Estados Unidos, mientras, ha sido mucho más duro con su enfoque hacia el gigante asiático. 

¿Qué escenario prevalecerá? Si la guerra es corta y termina de forma favorable, es probable que los socios transatlánticos pasen factura e impulsen una OTAN que mire hacia Asia-Pacífico. Si es larga, la preeminencia será la de la defensa colectiva. Pero eso solo el tiempo lo dirá, concluyó Fuente Cobo. 

Sobre la compatibilidad de la Brújula Estratégica, el recién aprobado plan de la Unión Europea para defensa y seguridad, y el futuro Concepto Estratégico de Madrid, habló Manuel Selas, subdirector de Asuntos Internacionales de Seguridad del Ministerio de Exteriores. Es necesario encontrar las sinergias entre ambos. El grueso de los países de la Unión pertenecen también a la OTAN. 

El principal problema, sostuvo, es que por la propia constitución de la Unión, no se puede usar presupuesto comunitario para el fortalecimiento de la defensa común, por lo que todo recae en la coordinación y en la voluntad política de los estados.