Una pareja italiana, un hombre togolés y su hijo fueron secuestrados en la región de Sincina, al este de Bamako -capital de Malí-. Al parecer, las víctimas forman parte de la comunidad de testigos de Jehová, según afirmaron a Efe fuentes religiosas.

Por el momento, no se ha ofrecido ninguna información oficial sobre el secuestro, que se produjo en un país con una alta presencia yihadista y donde los ataques a la población y a las fuerzas de seguridad son constantes. De hecho, la zona de Malí en la que fueron raptadas las cuatro personas está próxima a la frontera con Burkina Faso, donde el pasado 5 de abril hombres armados secuestraron a una monja estadounidense de 83 años.

Con el rapto de esta pareja de italianos, asciende a ocho el número de occidentales secuestrados en el Sahel central (Malí, Níger y Burkina Faso) tras el secuestro en abril de 2021 del periodista francés Olivier Dubois por un grupo afiliado a Al Qaeda en Gao (norte de Mali). Además, en octubre de 2021, la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez fue liberada tras más de cuatro años secuestrada en el suroeste de Malí, en las zonas fronterizas con Costa de Marfil y Burkina Faso.

Inestabilidad y asilamiento

Malí es un país en el que actúan grupos terroristas ligados al Estado Islámico y a Al Qaeda. Además, atraviesa una alta inestabilidad política, con un Gobierno militar en el poder surgido de dos golpes de Estado que se niega a celebrar elecciones democráticas.

En el país africano hay desplegadas varias operaciones internacionales. La más activa contra el terrorismo era la conocida como Barkhane, liderada por Francia pero cuyas fuerzas están actualmente en retirada por las tensiones entre el Gobierno golpista maliense y el país galo a raíz del despliegue en Malí de mercenarios del grupo Wagner ligados al Kremlin.

Sobre Malí pesa desde hace meses un embargo económico decretado por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) por no convocar elecciones y el país se salió recientemente de la coalición antiterrorista regional G5 Sahel, con lo que su aislamiento internacional es cada vez más acusado.