El segundo en tres semanas

Singapur ejecuta a otro condenado por traficar con marihuana

La ciudad-Estado ahorcó al preso, detenido por un alijo superior a los 500 gramos que marca su legislación como mínimo para la pena capital

Hojas de marihuana.

Hojas de marihuana. / Shutterstock

EFE

Singapur ha ejecutado este miércoles a un preso condenado por traficar con 1,5 kilogramos de marihuana, tres semanas después de que otro hombre fuera ahorcado en la ciudad- Estado por el intento de narcotráfico de cannabis. La ejecución del preso, un singapurense de 37 años de etnia malaya, ocurrió hoy en la prisión isleña de Changi, según ifnormó a EFE la oenegé Transformative Justice Collective (TJC), que afirma que "podemos confirmar que (la ejecución) ha ocurrido".

En este caso, los familiares del preso han preferido no revelar su identidad ni contactar con la prensa, después de recibir la notificación sobre la ejecución el pasado miércoles, con una semana de antelación, el protocolo habitual en la ciudad-Estado asiática, que utiliza la horca para las ejecuciones. Si bien un abogado solicitó la víspera a los tribunales la reapertura del caso, la petición fue desestimada por una corte isleña. La defensa del acusado sostenía que las pruebas de ADN y huellas le vinculaban a un alijo menor de 1,5 kilogramos, por el que fue condenado a la pena capital.

Singapur tiene una de las leyes antidrogas más draconianas del mundo y contempla la pena de muerte para un mínimo de 500 gramos de tráfico de marihuana.

La ejecución se produce tres semanas después de que la ciudad-Estado llevara a cabo el primer ajusticiamiento del año, el de Tangaraju Suppiah, singapurense de origen tamil, ahorcado el 26 de abril. Su ejecución fue calificada de “escandalosa” por organizaciones de derechos humanos y la ONU pidió a Singapur detenerla por dudas sobre las garantías del proceso judicial, pues los abogados y familiares del hombre afirmaban que éste nunca había tocado ni visto la droga que le acusaron de conspirar para traficar.

Tras un parón de las ejecuciones durante dos años por la pandemia de covid-19, Singapur batió récords el año pasado ahorcando en pocos meses a once presos, incluyendo un traficante de heroína con discapacidad intelectual cuya sentencia también suscitó las críticas de la comunidad internacional.