Impacto económico del terror

Turismo, la última víctima del terrorismo

En muchos países, la violencia y la inestabilidad política son una constante. Es el caso de Afganistán, Burkina Faso, Somalia, Mali, Siria, Pakistán, Irak, Nigeria, Myanmar y Níger, los 10 más afectados por la lacra terrorista

Turismo, la última víctima del terrorismo.

Turismo, la última víctima del terrorismo.

Carles Planas Bou

No hay peor enemigo para el turismo que el terrorismo. Entre noviembre del 2015 y julio del 2016, tres ataques yihadistas en París Niza acabaron con la vida de 224 personas, hiriendo al menos a otras 850. Los atentados pusieron a Francia en estado de alerta, pero también a los cientos de miles de personas que planeaban viajar al primer destino turístico mundial. En la primera mitad de ese año, las visitas al país se desplomaron un 7%, perjudicando así la economía nacional.

En muchos otros países, la violencia y la inestabilidad política son una constante. Es el caso de AfganistánBurkina FasoSomaliaMaliSiriaPakistánIrakNigeriaMyanmar Níger, los 10 más afectados por la lacra terrorista. El año pasado, hasta 6.701 personas fueron asesinadas en el mundo en ataques terroristas, un 9% menos que en 2021, según los datos del Global Terrorism Index. El autodenominado Estado Islámico y sus ramas afiliadas son el grupo terrorista que más víctimas ha dejado durante los últimos ocho años, golpeando así las áreas en las que opera. "La región del Sahel en el África subsahariana es el mayor epicentro del terrorismo actual, acumulando más muertes en 2022 que el sur de Asia, Oriente Próximo y el norte de África", remarca el informe.

Aunque pueda parecer el menor de sus problemas, el turismo es esencial para la economía de muchos países. Antes de la pandemia, el sector aportaba directamente el 4,4% del producto interior bruto (PIB) y el 6,9% del empleo en las naciones que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). "El turismo ofrece oportunidades de diversificación económica y creación de mercados", señala el Banco Mundial. El revés que el turismo sufrió en 2020 con la irrupción del coronavirus es una prueba de su impacto en la riqueza.

Turista en busca de estabilidad

Pero, ¿qué pasa en los países asediados por el terrorismo? Los menos conocidos de ellos, como Burkina Faso, Níger o Mali, se cuelan en la lista de países con menos visitantes del mundo, copada principalmente por pequeños estados insulares. En otros destinos otrora más populares, el enquistamiento de conflictos armados ha sido devastador también para la industria turística. En 2010, Siria registró el PIB más alto de su historia —de más de 252.000 millones de dólares— y atrajo a 10 millones de turistas, muchos de ellos occidentales. Más de una década y una sangrienta guerra después, su riqueza es de 65.000 millones (según datos de 2019) y recibió 750.000 turistas en la primera mitad de 2022.

Esa reacción parece lógica. Los turistas tienden a elegir la opción de viaje que menos riesgos comporta para su seguridad. Algunos estudios apuntan a que la percepción de que un destino es peligroso puede llevar a reemplazarlo por otro más cómodo, impactando en la economía de la región afectada. Eso se aprecia de forma más drástica en los países que más dependen del turismo, como Turquía. En 2016, por ejemplo, las reservas turísticas para visitar Estambul cayeron un 69% en la semana posterior al atentado en el aeropuerto de la capital que dejó 44 personas muertas, según la empresa de inteligencia de viajes ForwardKeys.

Para los países históricamente más inestables, se trata de un pez que se muerde la cola: la violencia ahuyenta el turismo y la falta de visitantes corta una potencial vía de ingresos económicos que merma el desarrollo y alimenta esa falta de estabilidad. Esa correlación se aprecia entre los países más afectados por el terrorismo. En Burkina Faso y Níger, la caída del turismo coincidió con la insurgencia islamista en la frontera y los desplazamientos internos que forzó la guerra; en Myanmar, con el genocidio rohingya primero y más tarde con el golpe de Estado de la junta militar.

Otros factores

La mayoría de los países más golpeados por el terrorismo son destinos que, durante los últimos años, han despertado muy poco interés entre los turistas. Sin embargo, esa realidad no puede achacarse únicamente a la violencia, pues también puede deberse a otros factores no menores. Por ejemplo, seis de las diez naciones donde se han perpetrado más atentados también figuran entre las 25 con mayores amenazas ecológicas, según el Ecological Threat Report. Además, un 58% de los 830 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria en el mundo viven en los 20 países que registran más actividad terrorista.