A lo largo de su vida, Shimon Peres ocupó casi todos los puestos relevantes del Estado que ayudó a crear. En 93 años de existencia, fue presidente de Israel, dos veces primer ministro, tres veces ministro de Exteriores, dos de Defensa, titular de otras carteras en una decena de gobiernos, diputado durante casi cinco décadas en 14 legislaturas seguidas y líder del Partido Laborista en tres períodos seguidos. Su papel clave en los Acuerdos de paz de Oslo con los palestinos le valió la obtención del Nobel de la Paz junto al primer ministro Yitzhak Rabin y al icónico líder Yasser Arafat. Ahora, se cumplen 100 años de su nacimiento y el país al que se lo dio todo le celebra, muy alejado de los ideales de izquierda de su juventud. 

Nacido con el sionismo en las venas, Shimon Peres vivió el trasiego de la Europa de entreguerras. Su pueblo, la actual Vishneva, formó parte del Imperio Ruso, aunque entre las guerras mundiales fue gobernado por Polonia. Ahora, forma parte de una Bielorrusia independiente. La mitad de sus residentes emigraron a la Palestina británica durante los años 30, como hizo la familia Peres en 1934 a la nueva ciudad judía de Tel Aviv. Sus abuelos y su tío se quedaron atrás y fueron masacrados por los invasores alemanes siendo encerrados dentro de su sinagoga y quemados vivos. Un episodio que convenció aún más al joven Shimon de la necesidad del sionismo.

Jefe de la Armada con 24 años

Trece años después, Peres tomó las armas como miembro del movimiento Haganá, una organización militar sionista bajo la dirección de David Ben-Gurion. El que sería el primer primer ministro del nuevo Estado judío se convirtió en su mentor político y un año después, tras la creación de Israel, le nombró jefe de la Armada, con apenas 24 años. Su perfil de defensa y seguridad le hizo convertirse en el arquitecto del programa nuclear de Israel, al construir, con ayuda francesa, la primera central nuclear del país en Dimona en los años 60. Ahora se cree que Israel es la única nación con armas nucleares de Oriente Próximo, aunque nunca lo ha reconocido. Peres también estableció las industrias electrónica y de aviación israelís. 

Pese a su dedicación a conseguir hitos militares y estratégicos para su país, siempre destacaron sus esfuerzos para promover la convivencia y poner fin al conflicto israelí-palestino. Tras la firma del acuerdo entre Israel y la Organización por la Liberación de Palestina, Peres se encargó de su implementación. En 1996, creó un Centro por la Paz con su nombre para acercar a palestinos e israelís. Hasta el final de sus días, mantuvo en él una activa agenda pública pese a su avanzada edad. Estaba convencido de que los palestinos, al ser "los vecinos más cercanos de Israel", "podrían convertirse en nuestros amigos más cercanos", dijo en una ocasión.

Siete décadas de carrera

Aún así, formó parte del gobierno que aprobó la construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados. Años después reconoció que esa ocupación era un obstáculo para un acuerdo en igualdad con los palestinos. A pesar de su gran popularidad internacional, no era tan querido en casa. Considerado uno de los líderes más conocidos y, de alguna forma, el último superviviente de la generación que fundó el Estado, nunca ganó una elección abierta. La primera vez que fue primer ministro fue designado por un acuerdo entre partidos y la segunda tomó el lugar de Yitzhak Rabin, quien fue asesinado por un extremista israelí del ala ultraderechista por los Acuerdos de Oslo con los palestinos.

En 2007, Peres llegó al más elevado de los cargos. La presidecia de Israel, aunque tiene una posición más bien ceremonial, era, para aquel joven judío polaco educado en el sionismo, un importante reconocimiento. Para acceder a ella, tuvo que renunciar a ser diputado en la Knesset, el Parlamento israelí, poniendo fin a la carrera parlamentaria más larga en la historia de su país que se prolongó durante más de 40 años. Aunque el mandato dura un máximo de siete años, estuvo fuertemente vinculado a la política hasta su muerte en el 2016 por derrame cerebral con 93 años. Comprometido con un Israel fuerte y en paz, Peres dedicó toda su carrera, siete décadas de vida, a construir el país con el que sus padres soñaban.