Relevo en la Casa Blanca
Las minorías raciales y la comunidad LGBTIQ+ se preparan para resistir los ataques de Trump
Una de las primeras órdenes ejecutivas firmadas por el presidente suprime la identidad no binaria, en un retroceso histórico de los derechos por los que esta comunidad ha luchado durante décadas

Un simpatizante LGBTQ camina con una bandera frente al Tribunal Supremo en Washington, DC. / SHAWN THEW/ EFE
Acabar con las protecciones legales a la diversidad de raza y género en EEUU era una de las prioridades de Donald Trump. Apenas unas horas después de asumir el poder firmó una serie de órdenes ejecutivas que arremetía contra estos derechos sociales adquiridos. En particular, una destinada a acabar con el derecho de la comunidad LGTBIQ+ a identificarse como tal (en EEUU a partir de ahora solo podrás definirte legalmente como hombre o mujer según el sexo asignado al nacimiento, sin opción de cambio y sin cabida para personas no binarias). Además, quedan suspendidas las garantías de diversidad y representatividad racial.
"Podrán borrar nuestros documentos pero nuestra identidad no puede ser borrada", explica a EL PERIÓDICO Alexa Rodríguez, fundadora de la organización Trans-Latinx DMV, siglas en referencia a la ciudad de Washington DC y los estados colindantes de Maryland y Virginia, área de acción de la entidad. "Estamos listas, estamos alerta", dice Rodríguez al teléfono, pausada y segura. Originaria de El Salvador, huyó de la represión por su identidad de género.
Algunas de las órdenes ejecutivas de Trump se basan en rescindir una docena de medidas tomadas por su predecesor, Joe Biden, que habían promovido la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) de personas LGTBIQ+ y minorías raciales. Trump, en cambio, ha definido estas protecciones como "prácticas impopulares, inflamadas, ilegales y radicales dentro de cada agencia y oficina del Gobierno gederal". Altos funcionarios de la Casa Blanca detallaron ambas órdenes a un grupo de periodistas, agrupándolas bajo la agenda más amplia de la "restauración de la cordura", en palabras de la Administración Trump.
Resistencia
Es también el caso de Ashley, mujer trans originaria del Salvador con más de 20 años en EEUU, que prefiere no decir su apellido: "Vinimos aquí porque en teoría era el país de la libertad. Pero es bien contradictorio. Cuando [Trump] habla de libertad se enfoca en el beneficio de él y los suyos y van contra nosotras", razona, y dice sentirse "consternada y con temor" a que aumenten la transfobia. "Esto alimenta el odio, los crímenes, nos pone en peligro". Y añade: "Imagínate cuando sientes que has logrado algo y de repente das un paso tan grande hacia atrás".
"La gente tiene miedo, sí, sobre todo a perder su seguro público de salud, pero les pedimos que no se desesperen", añade Alexa Rodríguez. Quedan en el limbo los programas especializados de atención médica y psicosocial para las personas trans de renta baja, que han estado hasta ahora amparadas por Medicaid. Los fondos son federales (Trump puede eliminarlos) pero la gestión del presupuesto es de cada estado, lo que abre la puerta a la búsqueda de lagunas burocráticas. Por ejemplo, el estado progresista de Maryland se ha declarado 'santuario', es decir, que brinda cobertura a quienes ven denegado el acceso a la salud en otros estados más conservadores. A ellos se refiere Rodríguez: "Sabemos que tenemos aliados".
Permiso para discriminar
Trump derogó también órdenes destinadas a frenar el racismo y que afectan a la inclusión de la comunidad negra, hispana, nativa americana y asiática-americana. "Esta semana, también pondré fin a la política gubernamental de intentar utilizar socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada", dijo Trump en su discurso de investidura. "Forjaremos una sociedad daltónica a la raza y basada en el mérito". El argumento trumpista es que los programas que garantizan la diversidad racial en las instituciones públicas o privadas contravienen el derecho de igualdad de la Constitución, algo que expertos y activistas de derechos humanos disputan.
Todas estas medidas llegaron paradójicamente en el Día de Martin Luther King Jr., festivo nacional que conmemora al líder asesinado de los derechos civiles de la población negra. La tradicional marcha en contra del racismo recorrió ciudades de todo el país, incluida la capital, donde se escucharon llamadas a la resistencia. "Decidimos celebrar hoy esta concentración en DC porque queremos mostrar a la gente que esta es la historia de las dos ciudades", dijo el reverendo Al Sharpton, en la celebración de Luther King en Washington. "Mientras Trump jura llevar a su héroe [el esclavista] Andrew Jackson, de vuelta a la Casa Blanca, nosotros estamos aquí manteniendo vivo el legado de Martin Luther King", dijo el reverendo.
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