Nueva era política en EEUU

EEUU se opone a utilizar "agresión rusa" en el comunicado del G7 sobre el aniversario de la guerra

La Administración Trump cancela de forma inesperada la rueda de prensa prevista entre Zelenski y su enviado especial a Ucrania, Keith Kellogg, que podría haber servido para escenificar la distensión entre ambos gobiernos

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, recibe en Kiev al enviado especial de EEUU a Ucrania, Keith Kellogg.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, recibe en Kiev al enviado especial de EEUU a Ucrania, Keith Kellogg. / Andrew Kravchenko / Bloomberg

R. M. F.

Barcelona

Cuando el vicepresidente de Estados Unidos decía en Washington que "estamos al borde de la paz en Europa gracias al presidente Trump", en Kiev se anunciaba la cancelación de la rueda de prensa entre Volodímir Zelenski y el enviado especial de la Casa Blanca para Ucrania, Keith Kellogg. Una decisión que, según la presidencia ucraniana, se adoptó a petición del bando estadounidense. Los dos hechos, casi simultáneos, muestran la falta de sincronía que preside la relación entre las dos capitales aliadas desde que EEUU rompiera el aislamiento de Rusia en la reunión de Riad para empezar a negociar a espaldas de Kiev un alto el fuego. Desde entonces todo se ha enrarecido enormemente, con acusaciones cruzadas que han puesto de manifiesto el alineamiento de la Administración Trump con el Kremlin.

El cambio radical de paradigma se ha trasladado también a otros foros como el G7, que prepara una declaración conjunta de sus miembros para conmemorar los primeros tres años de la invasión rusa. Según publica 'The Financial Times', apoyándose en varias fuentes diplomáticas, el acuerdo sobre el comunicado corre peligro por la oposición de EEUU a describir a Rusia como el agresor en Ucrania. "Los enviados estadounidenses han objetado a la frase 'agresión rusa' y descripciones similares utilizadas por los líderes del G7 para referirse al conflicto", según el diario británico. Esas objeciones incluirían también que Zelenski participe el lunes por videoconferencia en la reunión del grupo, como ha hecho en otras ocasiones.

Todo se precipitó esta misma semana después de que Trump sostuviera que fue Ucrania la que comenzó la guerra y Zelenski le acusara de vivir en "una burbuja de desinformación rusa". Desde entonces, el estadounidense no ha dejado de elevar la retórica, llamando "dictador sin elecciones" a Zelenski, un epíteto que nunca ha dedicado a Vladímir Putin, pese a haber aplastado a la oposición interna o forzado el cierre de los medios independientes en Rusia. Trump también ha insistido en responsabilizar a Kiev del inicio de la guerra  y ha sugerido que no se atiene a sus exigencias podría perder el país. "Más le vale a Zelenski moverse rápido si no quiere quedarse sin país", escribió el miércoles.

Sin información del encuentro

La reunión con Kellogg en Kiev se presentaba como una oportunidad para tratar de reconducir mínimamente la relación, pero se desconoce su desenlace, después de que se informara a los periodistas de que no habría comparecencias públicas. Horas antes, Zelenski había tratado de preparar el terreno apelando a la importancia que tiene para su país la relación con EEUU, el principal proveedor de ayuda militar de Ucrania en estos tres últimos años. "Es crucial para nosotros que la reunión y nuestra cooperación con América en todos los ámbitos sea constructiva", escribió en sus redes sociales.

Durante una intervención ante la CPAC, una conferencia que reúne todos los años a las principales organizaciones y facciones de la derecha estadounidense, el vicepresidente J.D. Vance tampoco quiso echar más gasolina a la polémica con Kiev. "El presidente Trump y yo hemos expuesto dos argumentos sencillos: primero, la guerra no hubiera comenzado de haber estado Trump en el poder; segundo, ni Europa ni la Administración Biden o los ucranianos tenían ninguna posibilidad de victoria", dijo Vance. Es posible que no se equivoque, pero de ahí a adoptar las posturas rusas antes de comenzar la negociación, media un abismo, como le han recordado indirectamente en las últimas horas varios dirigentes europeos.

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