Sucesión de Olaf Scholz

Merz se convierte en canciller de Alemania tras una accidentada elección que rozó el fracaso

El líder conservador precisó dos votaciones en el Parlamento, algo inédito en la historia de la República Federal de Alemania (RFA)

El líder conservador alemán, Friedrich Merz, tras conocer el resultado adverso de la votación, este martes en el Bundestag.

El líder conservador alemán, Friedrich Merz, tras conocer el resultado adverso de la votación, este martes en el Bundestag. / MARKUS SCHREIBER / AP

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

Berlín

El líder conservador alemán, Friedrich Merz, logró este martes convertirse en nuevo canciller de la República Federal de Alemania (RFA), tras una votación en el Parlamento en la que rozó el fracaso al quedar en una primera vuelta por debajo de la mayoría requerida. Por primera vez en la historia de la RFA, fue necesario recurrir a una segunda vuelta, donde sí obtuvo el respaldo que precisaba: 325 votos, por encima de la mayoría de 316. En lugar del liderazgo fuerte que espera imprimir desde el arranque de su mandato, en su elección se plasmaron las fragilidades de la alianza de gobierno entre la Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller saliente, Olaf Scholz, cuyo pacto se había sellado la víspera. Esta alianza nació de la voluntad compartida de mantener aislada a la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) y, a la vez, sustentarse en una mayoría suficiente para afrontar las tres grandes prioridades de Merz: el rearme, la reactivación económica y el endurecimiento de la política migratoria. Con su lema "Alemania ha vuelto", Merz se propone marcar pautas a escala europea e iniciar sus reformas en Alemania desde el minuto cero de su elección.

"Buenos días a todos", fue el simple saludo de apertura de la presidenta del Parlamento, la conservadora Julia Klöckner, cuando todo parecía apuntar a una sesión sin sobresaltos. Sin preámbulos, pasó casi inmediatamente a la votación de los diputados. Merz precisaba 316 votos para ser elegido en la primera vuelta y entre conservadores y socialdemócratas suman 328. Obtuvo 310 votos, de los 621 emitidos, lo que obligó a ir a una segunda vuelta. A la lectura del resultado siguió un silencio sepulcral en el hemiciclo. La cara de Klöckner reflejaba su nerviosismo y desconcierto. Se retiraron durante horas los grupos parlamentarios para consensuar cuándo se produciría esa segunda vuelta, lo que debía ocurrir en un plazo máximo de 14 días. Finalmente el jefe del grupo parlamentario conservador, Jens Spahn, informó de que la sesión se retomaba esa misma tarde. Los opositores Verdes y la Izquierda respaldaron esa opción, lo que les agradecieron las filas conservadoras. La segunda ronda fue una especie de 'fumata blanca' para Merz.

Un revés inédito

Su fracaso en la primera vuelta es más que un lamparón. Los nueve anteriores cancilleres federales precisaron solo de una ronda de votación. Destacaron, además, las ausencias de algunos diputados --630 componen la Cámara--. Se frustró así lo que habría sido elección impecable, a tono con lo que fue el proceso de formación de su alianza de gobierno. Han transcurrido 72 días desde las elecciones generales, frente al récord de 171 días que precisó Angela Merkel en su última legislatura. Los comicios del 23 de febrero dieron una clara victoria al bloque conservador de Merz, con ocho puntos de ventaja sobre la AfD y 12 sobre el SPD. Esa correlación de fuerzas se había movido ya a favor del radicalismo derechista, al que ahora los sondeos colocan empatado o incluso superando a los conservadores de Merz.

La formación de la alianza con los socialdemócratas discurrió sin indiscreciones ni filtraciones perturbadoras a los medios. Al SPD le correspondieron finalmente siete ministerios, entre ellos Finanzas y Defensa; es el mismo número que los de la CDU de Merz, aunque a estos se le añaden los tres de la CSU bávara, su partido hermano a escala regional.

Será un equipo marcado por rostros nuevos o incluso sin experiencia de gobierno, como es el caso de Merz y de su vicecanciller y ministro de Finanzas, el socialdemócrata Lars Klingbeil. Hay únicamente un superviviente del gobierno anterior, Boris Pistorius, quien repite como ministro de Defensa. Parece que esa inexperiencia les pasó factura, ya que la votación parlamentaria evidenció una falta de control sobre sus filas. Merz había ya errado el cálculo en cuanto al respaldo de sus propias filas, al no conseguir su apoyo cerrado al proyecto de ley recientemente presentado desde la oposición en materia migratoria.

La sombra de Merkel

El fracaso de la primera votación es otro revés en la carrera de obstáculos que marca la biografía de Merz. El líder conservador llevaba ya casi una decada y media apartado de las estructuras de su partido. El ascenso a la jefatura de la CDU de Merkel, en el 2000, y la llegada de esta al poder, en 2005, derivaron en un arrinconamiento político para Merz, representante de la línea más derechista, frente al centrismo de su poderosa rival interna. Se convirtió en líder de la CDU en diciembre de 2021, tras la retirada de Merkel, y fue designado candidato del bloque conservador con Scholz ya en el poder.

Merkel acudió esta vez a la tribuna de invitados del Bundestag, dentro del proceso de reconciliación entre ambos políticos. Solo asistió a la primera vuelta, la fallida para Merz. Luego se ausentó por razones de agenda, según explicaron fuentes de su oficina. Las distancias entre ambos políticos no son un secreto en Alemania. La propia Merkel no dudó en criticar a Merz cuando le pareció "imprudente" que éste no rehuyera el apoyo de la AfD en una reciente votación parlamentaria sobre política migratoria.

El propósito proclamado por Merz era ponerse inmediatamente en marcha. De acuerdo a la línea de sus predecesores, este miércoles viajará ya a Francia para reunirse con Emmanuel Macron, tras lo que seguirá ese mismo día a Polonia para entrevistarse ya como canciller con el primer ministro Donald Tusk. El jueves asistirá como canciller al 80 aniversario de la Capitulación del Tercer Reich.

El respeto a Scholz

El tropiezo de la primera votación era totalmente inesperado por los medios y por el estamento político. La víspera de la sesión parlamentaria, el aún canciller Olaf Scholz tuvo una despedida solemne con la ‘Zapfenstreich’ o toque de retreta, la ceremonia militar con que el ejército despide en Alemania a los presidentes, cancilleres y ministros de Defensa. Es un desfile nocturno a la luz de las antorchas que portan los soldados, en el Bendlerblock, sede del ministerio de defensa y también centro de documentación y homenaje a la resistencia contra Adolf Hitler.

Como es tradición, cada homenajeado elige varias piezas en la selección musical que interpreta la banda militar. Merkel escogió para su despedida del poder la música de la ex reina del punk alemán Nina Hagen, entre otras. Scholz se despidió entre el 'In my life' de The Beatles y 'Respect' de Aretha Franklin.

El canciller en funciones, Olaf Scholz, durante la votación en el Bundestag.

El canciller en funciones, Olaf Scholz, durante la votación en el Bundestag. / EBRAHIM NOROOZI / AP

Respeto fue el término elegido para la campaña que le llevó al poder en 2021. Ese era también el sentimiento general de los presentes en la ceremonia, la plana mayor de la política alemana y de todos los órganos constitucionales, además del propio Merz.

El discurso de despedida se lo dispensó Boris Pistorius, que seguirá como ministro de Defensa. Pistorius recordó ahí cómo la legislatura de Scholz quedó marcada por el impacto, tres meses después de su llegada al poder, de la invasión de Ucrania por Rusia.

Además del respeto de su correligionario o de la canción de Franklin, a Scholz le despidió una cerrada ovación de todos los presentes en su toque de retreta. Esta ceremonia, que hasta hace pocos años topó con cierto repudio por su resonancias militaristas, se ha consolidado como una forma aceptada y bella de despedir a los cargos políticos tras el ejercicio del poder.  

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