Guerra en Oriente Próximo
Un misil de Irán golpea uno de los principales hospitales de Israel en uno de sus ataques más intensos
Netanyahu promete venganza y ordena intensificar los ataques contra "objetivos estratégicos" y del Gobierno en Teherán

Un misil interceptor lanzado por una batería del sistema de defensa 'Cúpula de Hierro' en Israel. / Europa Press

Un hospital israelí, en la ciudad sureña de Beersheva, fue impactado este jueves por la mañana en la última salva de misiles balísticos iranís lanzada durante la escala bélica entre la República Islámica e Israel.
Esta mortífera guerra de ataques y respuestas empezó el viernes de la semana pasada, con un ataque sin precedentes israelí contra la cúpula militar iraní, objetivos civiles y, además, centrales nucleares del país persa.
Desde entonces, diariamente, Teherán y Tel Aviv se han estado bombardeando y atacando de forma constante: a pesar de ello, la gran mayoría de muertes —más de 500, según recuentos independientes— han ocurrido en territorio iraní. En Israel han muerto 24 civiles confirmados.
El último de estos ataques de Irán, el de este jueves por la mañana, ha sido el que más impacto de todos ha tenido y, a parte del hospital de Beersheva, en el que han resultado heridas 40 personas, los misiles persas también han alcanzado el edificio de la borsa israelí de Tel Aviv. “Los tiranos de Teherán pagarán por lo que han hecho”, ha dicho este jueves el primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, cuyo Ejército, de hecho, fue quien primero atacó un centro médico, en este caso en Teherán: este miércoles un bombardeo israelí golpeó contra la sede de la Media Luna Roja iraní en la capital persa, poco después de que fuese atacada, el día anterior, la sede de la televisión pública persa, IRIB TV.
Atacar objetivos civiles y centros hospitalarios a consciencia —algo que Israel lleva haciendo desde hace más de un año sistemáticamente en su campaña militar contra Gaza— está prohibido según la Ley Humanitaria Internacional.
“Paren los ataques”
Como respuesta a la salva iraní de este jueves —respuesta de una respuesta que llega tras otra respuesta, un anuncio de venganza y así desde el viernes— Israel ha atacado contra las plantas nucleares de Isfahan, Natanz y Bushehr. Las dos primeras, constantemente atacadas por la aviación del Estado hebreo, han quedado inutilizadas y severamente dañadas, según ha confirmado la Organización Internacional Para la Energía Atómica (OIEA).
La última, Bushehr, es así la única planta nuclear en funcionamiento en toda Irán, y en ella trabajan expertos y científicos rusos. Horas después del ataque un portavoz del Ejército israelí ha asegurado que ha sido “un error” haber informado del ataque de Bushehr, y no ha querido ni confirmar ni desmentir que dicho bombardeo ha ocurrido.
“Israel debe parar sus ataques aéreos contra la planta nuclear de Bushehr”, ha dicho la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zhajarova, que ha repetido la posición de Moscú sobre la posibilidad no descartada aún por Washington de que EEUU entre en la guerra entre Tel Aviv e Israel. “Estados Unidos no debería involucrarse en el conflicto. Si lo hacen, esto tendrá consecuencias negativas impredecibles”, ha continuado Zhajarova.
Hasta la fecha, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha asegurado haber realizado todos los preparativos para que Washington se sume a la guerra de Israel contra Irán, pero que “aún no ha tomado la decisión de hacerlo”. Trump, en sus idas y venidas constantes, ha reclamado a Teherán que se rinda incondicionalmente, mientras dice que “puede que ataquemos o puede que no. Nadie sabe lo que voy a hacer”.
"Irán no puede enriquecer uranio. Es tan simple como eso. Trump les dio una oportunidad en las negociaciones, pero le engañaron, y nadie engaña a Trump. Conoce como funcionan las cosas, y creo que ambos estamos comprometidos en asegurarnos de que Irán no tenga el arma nuclear. No la tendrán", ha dicho este jueves Netanyahu, que sigue justificando sus ataques con que Teherán estaba muy cerca de tomar los últimos pasos para desarrollar el arma atómica.
Tanto la OIEA como incluso la propia inteligencia estadounidense han asegurado que no existen pruebas que sostengan esa teoría: todos los expertos, además, consideran que el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí, nunca tomó la decisión política de desarrollar el arma, sino que usó su programa de enriquecimiento de uranio para, precisamente, tener más herramientas de presión durante las negociaciones con Trump. Estas negociaciones, tras los ataques de Israel, han sido aparcadas.
"La gente me pregunta que si buscamos la caída del régimen iraní. Puede ser que eso sea el resultado [de nuestros ataques], pero eso depende de la gente iraní, de si se levantan para conseguir la libertad. La libertad no es barata", ha continuado el primer ministro israelí. Los objetivos a los que apunta Netanyahu en sus ataques contra Irán —y las constantes amenazas contra Jameneí—, sin embargo, sí muestran que Israel busca derrocar al régimen de los ayatolás, en poder en el país persa desde 1979, tras la revolución verde.
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