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Guerra en Oriente Próximo

Más de 2.500 actores y directores internacionales se comprometen a boicotear la industria del cine de Israel “implicada en el genocidio” en Gaza

A la iniciativa se han adherido también estrellas del cine español como Javier Bardem, Isabel Coixet, Icíar Boyaín o Luis Tossar

El actor Mark Ruffalo.

El actor Mark Ruffalo. / CARLO ALLEGRI

Ricardo Mir de Francia

Ricardo Mir de Francia

Barcelona

La presión sobre Israel para que detenga su asalto sobre Gaza sigue aumentando desde la sociedad civil. Más de 2.500 actores, directores y trabajadores del gremio se han sumado a una iniciativa para boicotear a la industria del cine de Israel “implicada en el genocidio y el apartheid contra el pueblo palestino”. En la lista aparecen nombres de reconocida talla internacional, como los actores Mark Ruffalo, Olivia Colman, Tilda Swinton, Javier Bardem, Emma Stone y Gael Garcia Bernal o los directores Yorgos Lanthimos, Isabel Coixet, Ava DuVernay, Emma Seligman o Joshua Oppenheimer. “En este de momento de crisis urgente, donde muchos de nuestros gobiernos están permitiendo la carnicería en Gaza, debemos hacer todo lo posible para abordar la complicidad en este horror incesante”, sostiene el comunicado.

Todos ellos se comprometen a no trabajar, proyectar o aparecer en películas promovidas por las instituciones cinematográficas israelíes implicadas en los abusos contra los derechos humanos en Gaza, lo que incluye “festivales, cines, cadenas de television o productoras”. La iniciativa ha partido de Film Workers for Palestine (Trabajadores de la industria del cine por Palestina), un colectivo que dice haberse inspirado en la campaña de boicot lanzada en su día por Filmmakers United Against Apartheid para no proyectar sus películas en la Sudáfrica racista.

“El Tribunal Internacional de Justicia, la más alta instancia judicial del mundo, ha dictaminado que existe un riesgo plausible de genocidio en Gaza y que, tanto las ocupación como el apartheid israelí contra los palestinos, son ilegales”, reza el manifiesto. “La defensa de la igualdad, la justicia y la libertad para todas las personas es una profunda obligación moral que ninguno de nosotros puede ignorar”. A la iniciativa se han adherido también otras figuras del cine español, como Icíar Bollaín, Juan Diego Botto, Alba Flores, Luis Tosar o Fernando León de Aranoa.

Rechazo político, no identitario

Los promotores de la iniciativa han querido dejar claro que no se trata de un boicot identitario, sino político. El compromiso no prohibe trabajar con actores, directores o productores israelíes como tal, siempre que sus proyectos no estén vinculados a la industria israelí. “Este rechazo va dirigido a la complicidad institucional, no a la identidad”, afirma Film Workers for Palestine en su web. A modo de ejemplo, el colectivo cita el Festival de Cine de Jerusalén y el Docaviv de Tel Aviv, que "continúan operando en asociación con el Gobierno israelí".

El boicot de parte de parte de la industria del cine llega en plena expansión de la ofensiva israelí sobre Ciudad de Gaza, que pretende conquistar completamente y vaciarla de su población. El Ejército ha ordenado la evacuación forzosa de más un millón de personas, obligadas a peregrinar con lo puesto hacia el sur, donde tampoco existen zonas seguras. La campaña se está acompañando con intensos bombardeos, que están arrasando con las infraestructuras que quedan en pie. Solo en las últimas 24 horas, 83 palestinos han sido asesinados, lo que eleva la cifra de muertos desde el inicio de la contienda hasta los 64.605. Al menos otras siete personas han muerto de hambre en ese mismo periodo, el hambre impuesto por Israel con su cierre draconiano de las fronteras.

La reciente edición del Festival de Venecia ya se vio muy marcada por las protestas contra la campaña genocida en Gaza. Miles de personas protestaron en las inmediaciones del Palazzo del Cinema, una movilización secundada por cientos de actores, directores y productores, que expresaron su oposición a los acontecimientos en la Franja con un manifiesto. “El espectáculo debe acabar: debemos interrumpir la corriente de indiferencia y abrir el camino de la conciencia”, decía la misiva.

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