Abogados de los propietarios de la casa azul y servicios jurídicos municipales estudian pedir indemnizaciones en base al nuevo informe

Una corriente, causa de la sima

Una corriente, causa de la sima

Los abogados de los propietarios de la "Casa Azul" y de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Calatayud se reunen el miércoles para estudiar si recurren al Consorcio de Seguros, a fin de que indemnice a los afectados por este edificio que tiene que derribarse por la apertura de una gran sima.

Fuentes municipales confirmaron a EFE que la cobertura del Consorcio de Seguros parece factible, tras conocerse el estudio de causas que ha elaborado el catedrático de Mecánica del Suelo de la Universidad Politécnica de Madrid, José María Rodríguez Ortiz.

Según este informe, elaborado por encargo del Ayuntamiento, ha sido la existencia de una corriente permanente de agua desde el río Jalón la que provocó la sima, de unos 3.500 metros cúbicos de volumen.

Este canal subterráneo generaba arrastres acelerados del terreno, que se han acentuado con las crecidas y bajadas de nivel que ha registrado el río, caso de las riadas que se produjeron el año pasado.

Los servicios jurídicos del Ayuntamiento y de los afectados estudiarán qué acciones se emprenden para solicitar indemnizaciones y creen que esta causa entra en los supuestos de cobertura del Consorcio de Seguros, al tratarse de un fenómeno natural de graves consecuencias.

Demolición

La casa azul será demolida con la técnica de la pinza. Un enorme brazo mecánico con una cizalla será el encargado de cortar el edificio en "lonchas" horizontales piso por piso. Este es el acuerdo que tomaron hace unos días los vecinos del bloque 6 y 8 de la calle Justo Navarro en una intensa reunión como demuestra el hecho de que comenzó a las 6 de la tarde y finalizó al filo de la medianoche.

Según el ingeniero Ignacio Bueno, se trata de una decisión que "viene dada", ya que en el estado en que quedó el edificio tras ser tragado por una enorme sima el 10 de noviembre, "es la única solución que garantiza la completa seguridad".

Esta técnica, aunque resulta más costosa que otras, permite realizar todos los trabajos desde el exterior del inmueble evitando riesgos. Un operario maneja la cizalla desde una cuadro de mandos y baja los escombros en una plataforma.

Pese a todo, sí que será necesario entrar previamente piso por piso para retirar los más de mil puntales que mantienen en pie la estructura, ya su coste asciende a 500.000 euros.

El inmueble que se construirá en el solar que quede estará asentado sobre un pilotaje especial de entre 30 y 40 metros de profundidad, una cimentación que lo convertirá -según el arquitecto Antonio Cebrián- en un edificio "completamente seguro".

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