La crioclastia o gelifracción

Otro de los problemas que origina la mezcla de yeso y agua, aunque en este caso a la intemperie, es la crioclastia, la cual provoca continuos desprendimientos en los montes de los alrededores de Calatayud. Este fenómeno consiste en la fragmentación de la roca a causa de las tensiones que produce la congelación del agua en sus huecos o grietas. El aumento de volumen que experimenta el agua una vez congelada provoca un efecto de cuña que termina por romper la roca.

Volviendo a poner el mismo ejemplo, el de la escayola, es fácil imaginar lo que sucede si llenamos con agua un recipiente hecho de escayola y lo introducimos en el congelador. El aumento de volumen que sufre el líquido -cercano al 10%-- al congelarse, termina por resquebrajar la escayola, ya que se trata de un material que en seco no tiene la ductilidad necesaria para soportar cambios considerables de volumen. Este es el principal fenómeno al que se ven sometidos estos montes de yeso durante el frío invierno de Aragón, sin menospreciar tampoco la influencia de otros procesos que provocan erosión.

Son numerosos los montes situados en los alrededores de Calatayud que sufren constantes desprendimientos a causa de este fenómeno como sucedió recientemente en la carretera de Soria. Los mismos hechos, aunque a menor escala, han obligado a cubrir con mallas protectoras las carreteras del Jalón o del Jiloca, sin que ello evite que las rocas de yeso sigan desprendiéndose a un ritmo más o menos veloz. Sólo hay que contemplar el aspecto de estos montes, plagados de diaclasas, grietas y oquedades que no hacen sino advertir del acelerado proceso de erosión al que están sometidos.

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