La variante de Calatayud, que evita el paso de los vehículos que recorren la N-234 entre Soria y Sagunto por el centro de la ciudad, entró el pasado mes de octubre en funcionamiento después de más de dos años de obras y una inversión de 12,3 millones de euros por parte del Ministerio de Fomento. El delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, y el alcalde bilbilitano, Fernando Martín, inauguraron la nueva variante que enlaza la autovía de Madrid (A-2) en el kilómetro 237 con la N-234 una vez rebasado el casco urbano bilbilitano.

Al acto acudieron también numerosos alcaldes y representantes de las localidades de la comarca. Esta obra no sólo será beneficiosa para Calatayud, sino también para su entorno.

El delegado del Gobierno explicó que se trata de una obra "importante", no tanto por su longitud, como "por las molestias que va evitar a los bilbilitanos, sobre todo en cuanto al tráfico pesado que hasta ahora se veía obligado a cruzar Calatayud". Javier Fernández señaló que, según los estudios técnicos, "la nueva variante evitará en torno al 20% del tráfico urbano".

Reivindicación histórica

Por su parte, el alcalde bilbilitano, Fernando Martín, mostró su satisfacción por la inauguración de la nueva variante, que calificó como "una reivindicación casi histórica" de la ciudad. El primer edil de Calatayud señaló que ésta era "una obra muy esperada en la comarca de Calatayud" y resaltó que el nuevo trazado "va a aliviar a los bilbilitanos de un problema muy serio de tráfico --sobre todo pesado--, que provocaba una situación caótica, además de las consecuentes molestias". Fernando Martín indicó asimismo que apenas se atisban inconvenientes, ya que la variante "sólo evita el tráfico de paso, fundamentalmente de camiones, que provocaban atascos pero no solían parar en la ciudad".

Este nuevo vial además de unir la autovía de Madrid con la N-234 cuenta también con ramales de acceso a la antigua N-II y al polígono Mediavega. La calzada se asienta sobre un gran viaducto central de 2,121 kilómetros de longitud que atraviesa --además de la antigua carretera-- el río Jalón, el tren de Alta Velocidad y la vía convencional de Renfe Madrid-Zaragoza. Las obras de la variante comenzaron el 5 de agosto del año 2002, aunque el proyecto estaba pendiente desde que se construyó la autovía A-2 de Madrid a Zaragoza, a principios de los noventa.