CENTRO DE ARTE Y EXPOSICIONES

La DPZ expone en Ejea la serie de los ‘Caprichos’ de Dalí

La muestra de 80 grabados puede verse hasta septiembre con entrada libre

La exposición se titula ‘Salvador Dalí. Un grabador surrealista’ y es casi inédita. | SERVICIO ESPECIAL

La exposición se titula ‘Salvador Dalí. Un grabador surrealista’ y es casi inédita. | SERVICIO ESPECIAL / la crónica cronicas@aragon.elperiodico.com

La Crónica

La Diputación de Zaragoza expone desde hoy jueves en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea de los Caballeros la serie completa de los Caprichos de Dalí. La muestra puede verse hasta el próximo mes de septiembre con entrada libre y permite disfrutar de los 80 grabados en los que el pintor de Figueras hizo su particular interpretación de la famosa serie en la que Goya plasmó la degradación, los abusos y el fanatismo de su época.

La exposición se titula Salvador Dalí. Un grabador surrealista y es casi inédita, ya que estas estampas de uno de los creadores más importantes del arte contemporáneo a nivel mundial han podido verse en contadas ocasiones.

La exposición Salvador Dalí. Un grabador surrealista puede visitarse en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea los viernes, sábados y domingos, de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30 horas. La entrada es gratuita y además el centro ofrece la posibilidad de realizar visitas guiadas los tres días de apertura a las 11.30 y a las 18.00. Debido a su gran acogida, es recomendable concertar la visita guiada en el 976 661 167.

ARTISTA MULTIDISCIPLINAR

Dalí fue un artista multidisciplinar. Durante su dilatada trayectoria despuntó como pintor, pero también cultivó la ilustración, la escultura, la escenografía, el cine, la fotografía, la publicidad, la moda, la joyería, la literatura… siempre con un acrisolado y reconocible estilo, tan singular como personal.

La obra gráfica no escapó a su insaciable laboriosidad y a mediados de la década de 1970 se sumergió en varios proyectos en los que amoldaba a sus postulados estéticos e ideológicos diversas obras cumbre de la historia del grabado y de la literatura. Así, de 1973 a 1977 el artista ampurdanés se dedicó a reinterpretar los 80 grabados que componen la serie completa de los Caprichos de Goya.

Tras obtener, por medio del heliograbado, copias exactas de las planchas originales, Dalí trabajó sobre ellas con una combinación de técnicas que le permitieron recrear la sátira de la sociedad de su época hecha por el genio de Fuendetodos. Coloreó determinadas partes de las composiciones primigenias, incorporó elementos de carácter surrealista (relojes blandos, insectos, muletas-horquilla, cajones, llaves…) extraídos de su personal imaginario onírico e integrados sin estridencias en las creaciones goyescas. Y «descubrió» a los ojos del espectador figuras hasta entonces ocultas.

Sus invenciones sirvieron a Dalí para apropiarse y recalcar el empeño goyesco, que pone de relieve la degradación social, la ignorancia imperante y la injusticia, así como la fugacidad de la vida, haciendo un enfático hincapié en el componente sexual del ser humano, sojuzgado por la hipócrita moral dominante.

Los Caprichos dalinianos fueron estampados en la imprenta de los talleres Rigal, en Fontenay-aux-Roses, con una tirada de 200 copias, numeradas y firmadas.