Como manda la tradición, en Grisén se prendió la hoguera para hacer las brasas coincidiendo con el día San Antón. Y aunque la previsión climatológica no era demasiado buena, en esta ocasión el tiempo tampoco acabó siendo tan malo y se pudo disfrutar de la fiesta.

Se repartieron bocadillos de chorizo, longaniza y papada, y bebidas para hacer más ameno el rato de estar todos juntos para poder disfrutar de las viandas. Además, como se está convirtiendo en una tradición, se repartieron vasos de sangría, que fueron vistos y no vistos. Fue una buena forma de disfrutar de una merienda para todos los que quisieron acudir a este tipo de actos.