Boquiñeni, ante la situación sanitaria de nivel 3 agravada por el covid-19 en la que se encontraba, se vio obligado a suspender sus fiestas de mayo, las que viven con más intensidad boquiñeneros y visitantes, que se celebran los días 24, 25 y 26 en honor de sus santos patronos.

Las misas se celebraron con el aforo permitido y sin procesiones, y fueron retransmitidas por distintos canales. Los santos, la iglesia y la puerta se engalanaron como si fuesen fiestas.

El día 24 después de la misa mayor en honor al Santo Cristo de la Capilla, se abrieron las puertas de la iglesia para todo aquel que se quisiese acercar a venerarlo. Durante toda la tarde se convirtió en una romería y todos los vecinos fueron a visitarlo, a recitarle poesías, a cantarle y luego a la tardada la corporación municipal repartió los claveles de la peana a todos los vecinos.

Tradición centenaria

Desde el Ayuntamiento de Boquiñeni señalan que el pasado 24 de mayo, día del Santo Cristo de la Capilla, forma parte de su identidad, puesto que es una tradición centenaria, y que este año la pandemia les ha robado parte de esta identidad, aunque afortunadamente no de forma permanente. Desde el municipio esperan que el año que viene, suponiendo que la situación sanitaria permita la salida de los santos, sea una explosión de pasión e ilusión que los vecinos vivirán si cabe con mayor intensidad.