Cómo “Dios manda”. Quizá ese pueda ser el resumen del sentir general para sintetizar la normalización de las celebraciones religiosas en la comunidad cristiana. La tan esperada figuración de las imágenes portadas por los fieles a pie de calle, llegaba de nuevo hasta lo más profundo de todos los devotos, e incluso de aquellos que no lo son.

Del 10 hasta el 17 de abril los pasos salieron a las calles del municipio. | ANTONIO MIGUEL SIERRA

La tradición de la mano de la religiosidad cristiana reinició su ruta, y los pasos procesionaron por las calles de Gallur portados por los cofrades que, repletos de emoción y ganas de portar las imágenes, recobraban el sentimiento aletargado que la pandemia había dejado entumecido. No se trataba solo de recuperar la vieja normalidad como la conocíamos, sino de mejorarla.

De esta forma, desde el 10 de abril, Domingo de Ramos, hasta el 17 de abril, Domingo de Resurrección, Gallur celebró sus días de Pasión, teniendo como precedente el 8 de abril, Viernes de Dolores, el “Vía Crucis” al Calvario con las imágenes del Nazareno y de la Virgen de la Soledad.