Los agricultores de Gallur volvieron a reencontrarse con los actos tradicionales tras ser suprimidas las restricciones pandémicas por el covid. Con buena dosis de alegría a pesar de los complicados tiempos que les toca vivir, este colectivo acompañado por vecinos y autoridades volvieron a procesionar portando en los hombros la peana de San Isidro.

Este año la festividad, al coincidir con domingo, se celebró en horario matinal. A lo largo de la mañana se lanzaron cohetes con motivo de la fiesta, y a las 12 del mediodía daba comienzo la procesión en la que los agricultores trasladaban a su patrón por el itinerario habitual de las calles del municipio. A lo largo del recorrido, como novedad respecto a ediciones pasadas, se realizaron cuatro paradas para bendecir los términos: en el Carasol, la plaza de España, la replaceta de la calle Baja con la calle Navarra, y el cruce de la calle Navarra y San Roque. A la llegada al pretil de la iglesia, como es tradicional, se bendijeron de nuevo los cuatro puntos cardinales con la Cruz que según la tradición vino por el río Ebro a Gallur. Tras la bendición se procedía a realizar la santa eucaristía que terminaba cantando todos juntos la Jota de los Labradores.

Después los agricultores se reunieron en una comida de hermandad cuya sobremesa fue amenizada por Julián Navarro y el párroco José Luis Cardona. Los actos estuvieron presididos por el presidente del Sindicato de Riegos, Paco Cuartero; la alcaldesa en funciones, Mª Pilar Capdevila; y el concejal de Agricultura, Jesús Cuber.