Hace algo más de un año, concretamente el 14 de diciembre del pasado 2001, una comisión de la UNESCO reunida en la capital finlandesa de Helsinki declaró la arquitectura mudéjar aragonesa Patrimonio Cultural Mundial.

Para conmemorar el primer aniversario de este reconocimiento, la Diputación General de Aragón quiso reunir a varios representantes de todas las ciudades y municipios aragoneses que poseen alguna de las 137 muestras de este arte en la comunidad autónoma. El objetivo de este encuentro era hacerles entrega de sendas placas conmemorativas compuestas por varias baldosas elaboradas en cerámica de Muel, y que recuerdan este reconocimiento mundial. Dichas placas habrán de ser colocadas en todos y cada uno de los monumentos y edificaciones representativos del estilo arquitectónico mudéjar que el territorio aragonés atesora como fruto de su pasado histórico.

En el caso de la comarca de la Ribera Baja del Ebro son dos los municipios que poseen sendos monumentos mudéjares: Quinto y Pina de Ebro.

Dos edificios destacadosEn Quinto, su iglesia de la Asunción, más conocida popularmente como

el Piquete