Cuando Rafa Latorre abrió el bar El Viejo LopIin en La Zaida quería que el fuese algo más que un pub de copas, y para ello cuidó hasta los más pequeños aspectos del local. La decoración y ambientación, la selección de la música, la atención a los clientes fueron muy cuidados e hizo la novedosa apuesta de ofrecer actuaciones en directo.

--Después de algo más de una año ¿ha conseguido sus objetivos?

--De momento tengo el tipo de local que siempre me ha gustado, lo monté personalmente con ayuda de un amigo y elegí todos los detalles, desde el suelo de madera gastada hasta los objetos que adornan las paredes o el rincón de los sofás.

--Y las actuaciones que el pub ofrece de forma habitual, ¿son un atractivo más?

--Tengo la experiencia de muchos años trabajando en todo tipo de bares y locales. Las costumbres y los hábitos de la gente a la hora de divertirse han cambiado mucho. Ahora para animar a una persona a que salga de la comodidad de su casa hay que ofrecerle algo más, una buena actuación en vivo puede ser ese aliciente.

--¿Qué tipo de espectáculos pueden verse en El Viejo LopIin?

--Hasta la fecha de todo: música, por supuesto, pero también números de magia, teatrales, karaokes. En noviembre tengo programada la actuación de Elbis, un zaragozano imitador del mítico Elvis que es un tipo genial en su vestimenta, su forma de cantar, etc...

--La mayoría de los artistas que han acudido a su local proceden de la provincia e incluso de pueblos cercanos

--Así es. Estuvo el Quintus Teatrae, de Quinto que ofreció un divertido espectáculo de monólogos, el grupo Sinestética, también de Quinto, que son muy buenos y creo que llegarán lejos, Vicente Gabasa, de Pina, un magnifico cantante con años de experiencia y un gran artista, y así otros. Me parece una buena idea promocionar los valores de la tierra, pero por encima de todo, los que actúan tienen una calidad fuera de dudas.

--Con apenas 600 habitantes, ¿es La Zaida un buen lugar para un pub dirigido a la juventud?

--No me quejo, desde luego si no fuese rentable no podría mantenerlo abierto. Además, mi intención ha sido siempre que este local no estuviera muy encasillado. Lo abrí dirigido a una clientela joven, a la que no le atraía el clásico bar de café y guiñote, pero he procurado que el ambiente no sea oscuro, que la música no este demasiado alta y permita conversar para que nadie se sienta ni incomodo ni desplazado por el simple hecho de entrar a tomar algo.

GLORIA ABADIA