Los vecinos de la avenida Cataluña se han cansado de esperar reformas que nunca llegan y han decidido ponerse en marcha para, unidos, intentar cambiar el entorno de degradación que encuentran en su "callejón".

La intención de un grupo de residentes es poder formar una asociación que los represente ante las instituciones, pero por ahora se conforman con darse a conocer ante los más de 5.000 zaragozanos que viven en el entorno, pues consideran que el clima es favorable y el hartazgo por el abandono de la avenida es más que evidente.

Jesús Fon es uno de los impulsores de esta iniciativa que nació en la red alrededor de una bitácora y un foro. "Nos hemos encontrado con buena respuesta de los vecinos y comercios a los que se lo comentamos", indicó.

El primer impulso ha sido llenar de carteles las tiendas de la avenida informando de la existencia de la iniciativa. Lo han hecho en todo momento con el consentimiento de los propietarios, conscientes de los problemas que algunas organizaciones vecinales han tenido por colocar avisos en el mobiliario urbano. En los pasquines, los impulsores piden aceras dignas, una mejor calzada, la limpieza y vallado de solares, así como una mejor integración en Zaragoza. Fon pone como ejemplo lo ocurrido con la calle Castillo Peracense. "Está cortada por una acumulación de escombros, algo totalmente inaudito".

En la avenida, el vacío que van dejando las empresas que han cerrado aumenta y genera suciedad, vandalismo e inseguridad para los vecinos, comerciantes y trabajadores de empresas que aún se resisten al cambio. El origen de este abandono se encuentra en que la actividad de los polígonos se ha reducido a la mínima expresión con muchas naves abandonadas.

Para los impulsores, el problema del abandono radica en que la vía pertenece al Ministerio de Fomento, "lo que no nos exime de pagar impuestos al ayuntamiento, que solo entra en la avenida para cobrar impuestos", dicen.