José Antonio Lahoz nació en Moneva en 1945. Estudió en su pueblo y a los doce años se trasladó al Seminario de Zaragoza. Su vida laboral ha transcurrido por trabajos en la construcción, fábricas de electrodomésticos y empresas del automóvil. Aunque su auténtica vocación, quizá inseminada en sus años de seminarista, fue su labor desinteresada en la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y ahora en el Movimiento Vecinal en el Barrio Oliver de Zaragoza, donde vive.

Durante su militancia en la JOC llegó a ser responsable nacional y con cargos en Europa. Esta organización influyó en su forma de ver y enfocar la vida. "La idea matriz, que yo asumí, de la JOC era que desde el mundo obrero cada joven puede ser dueño de su vida", recuerda José Antonio, quien añade que "las ideas que aprendí en la JOC me han ayudado a comprender y conseguir un método de análisis de la realidad, además de darme una apertura de miras, sobre todo, por los viajes que realicé por España y el extranjero".

Al llegar al Barrio Oliver, junto con un grupo de personas, crearon la Asociación del Barrio, una de las más combativas de Zaragoza. Su objetivo se basaba en concienciar a los vecinos sobre la necesidad de participar en cualquier problemática que afectara al barrio. "Puede afirmarse que en casi todas las mejoras y proyectos conseguidos para el barrio han sido fundamentales nuestras reivindicaciones y empuje. Desde la consecución del colegio público Ramiro Solans, el Parque de Oliver, el Centro Cívico Cultural hasta el Corredor Verde, nuestra postura ha sido determinante", comenta Lahoz. La propia asociación ha aportado sus esfuerzos para resolver las carencias del barrio. "Hemos participado en la puesta en marcha de distintos proyectos como el Centro de Tiempo Libre para la Infancia, el Centro Socio-laboral, donde los chavales en situación de exclusión de la enseñanza reglada aprenden jardinería y albañilería. Como dato curioso, en 1971 ya organizábamos colonias para niños", defiende José Antonio Lahoz.

Es también vicepresidente de la Fundación ADUNARE, cuya función consiste en aportar prestación de servicios a la administración local, regional y nacional. "En estos momentos a la fundación la componemos ocho entidades en las que trabajan alrededor 200 personas", apostilla Lahoz.

Su relación con Moneva ha sido siempre fluida porque su madre reside en el pueblo, porque nació allí y porque está dispuesto a colaborar cuando sea necesario. "Me fui muy joven, pero los veranos iba a Moneva a ayudar a mis padres en el campo y ahora acudo con asiduidad, participando en las actividades de la Asociación "El Reguero", sobre todo, en senderismo y apoyando y echando una mano en la medida de mis posibilidades", concluye José Antonio.

MANUEL VAL